El presidente Danilo Medina ha impregnado un nuevo estilo de gobernar en el Palacio Nacional. Poco a poco, sin mucha bulla, el mandatario ha desmontado costumbres pasadas que tenían tendencia a resaltar más de lo normal la figura presidencial como si fuera un personaje todopoderoso.
Medina, como jefe del Estado, no ha prohibido la colocación de su fotografía en las instituciones públicas, pero tampoco ha ordenado que sean colocadas. Además, sorprendió el día de su cumpleaños, cuando decidió quedarse en su casa con sus familiares en lugar de ir al Palacio a recibir las felicitaciones de una hilera de personas entre funcionarios civiles y militares, así como representantes del sector privado para rendirle culto.
El mandatario también ha hecho una costumbre las visitas dominicales a comunidades del país, con la especial característica de que los medios de comunicación no son invitados, lo que le permite tener un contacto más privado y particular con la gente de pueblo, sin poses ni promociones.
En esta época de austeridad, se temía que el mandatario ordenara suspender la entrega de cajas de alimentos para las familias pobres. Pero no fue así. Lo que sí hizo el jefe del Estado fue ordenar que las cajas llevaran la imagen de la Presidencia de la República y no de su rostro como si fuera un regalo particular, pues con ello deja ver en los beneficiarios que se trata de un regalo del Estado dominicano.
Otra acción que desmontó el presidente Medina fue la costumbre de su antecesor de cenar en un barrio cualquiera del país con una familia pobre. Una actividad que se caracterizaba por la invitación a todos los medios de comunicación para que vieran en el mundo la acción del Presidente. Esta vez, como un hombre normal, el mandatario Medina decidió cenar con su familia en Nochebuena.
Es un nuevo estilo, pero también es la expresión de un presidente que aparentemente no está interesado en la reelección presidencial.
