El padre Dubert y Danilo, coincidencias

Una vez le dije a Danilo Medina que sus ideas sobre cómo combatir la pobreza eran afines a las del padre Ramón Dubert, ese excepcional sacerdote jesuita que vivió para servir y educar al prójimo. Las coincidencias entre ambos continúan. Contaré&#823

Una vez le dije a Danilo Medina que sus ideas sobre cómo combatir la pobreza eran afines a las del padre Ramón Dubert, ese excepcional sacerdote jesuita que vivió para servir y educar al prójimo. Las coincidencias entre ambos continúan. Contaré una breve historia.

Era el año 1987. Monseñor Roque Adames, obispo de la diócesis de Santiago de los Caballeros, llamó al padre Dubert, quien entonces, además de dirigir la parroquia Corazón de Jesús en Los Jardines Metropolitanos, tenía la misión de desarrollar una parroquia en el barrio Cienfuegos, donde había una miseria de cuarto mundo, con todas sus consecuencias.

“Dubert –le dijo monseñor- mañana viene el cardenal John O’Connor, arzobispo de Nueva York. Me pidió conocer un lugar pobre de Santiago. Le propuse Cienfuegos. Vayan temprano, para que pueda compartir con la comunidad”. El sacerdote asintió con agrado, pues sabía que en algo beneficiaría esa visita a esos necesitados hermanos.

Al día siguiente inició el recorrido. El pueblo llano y descalzo estaba en las calles, impresionado por la presencia de tan alto dignatario de la Iglesia. Yo tuve el honor de participar. Cienfuegos también significaba mucho para mí, pues junto a Dubert estaba organizando grupos y preparando futuros líderes.

Mientras caminábamos por los polvorientos e indefinidos trillos, el cardenal O’Connor, impactado por las lamentables condiciones de vida de los moradores, le expresó a Dubert: esta tarde veré al presidente Balaguer, ¿qué le puedo pedir para Cienfuegos?

El sacerdote no esperaba esa pregunta. Me miró, como buscando ayuda para una respuesta. Me quedé pensando, y cuando casi le sugiero que pidiera una escuela o un club cultural y deportivo, Dubert le contestó: solicítele a Balaguer que haga Cienfuegos, que lo transforme para bien.

En la noche monseñor Adames le comunicó la agradable noticia de que Balaguer había accedido a la petición del cardenal O’Connor. Y así inició la construcción de Cienfuegos, uno de los sectores más grandes y dinámicos de Santiago.

Pero en la zona muchas familias seguían sin una vivienda digna. Dubert ideó un exitoso proyecto donde reconstruían el techo y la pared de casas apenas hechas de latas y cartón. Los beneficiarios debían completar lo demás, para que se sintieran parte de la obra. Recuerdo que alguien le pidió al sacerdote que además les regalara comida y ropa por un tiempo. Dubert le contestó con las mismas palabras que recientemente externó Danilo: la gente que vive de ayudas pierde la autoestima.

Con este artículo rindo tributo al padre Dubert, quien promovió las enseñanzas de Jesús, luchó para que imperara la justicia social y formó una generación comprometida con la creación de una mejor patria. Y me encantan sus semejanzas con Danilo.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas