Por la voluntad popular

El presidente Danilo Medina no es particularmente reeleccionista. En varias ocasiones se expresó en contra de la reelección y cuando fue electo Presidente rechazó la posibilidad de su propia permanencia en el cargo más allá de cuatro años. De…

El presidente Danilo Medina no es particularmente reeleccionista. En varias ocasiones se expresó en contra de la reelección y cuando fue electo Presidente rechazó la posibilidad de su propia permanencia en el cargo más allá de cuatro años. De hecho, cuando funcionarios y amigos se le acercaban para pedirle que ponderase la idea de perseguir un nuevo período la reacción del Presidente era de evidente molestia e incomodidad.

Lo anterior ha dado paso a que algunos cuestionen que en momentos actuales en que el Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha decidido en favor de la reelección de Medina éste no impida que los congresistas que lo siguen provoquen una reforma constitucional para esos fines.

Sin embargo, es imperativo que los que expresan esas dudas entiendan algo que el mismo Danilo forzosamente ha tenido que entender: el Presidente no es el jefe del país y por ende su compromiso más importante no es consigo mismo y sus creencias. El Presidente es un mandatario y como tal se debe a quien le otorga el mandato de gobernar que es el soberano pueblo. Por consiguiente, Danilo Medina tiene un jefe que es el pueblo dominicano, cuya voluntad es más importante que los deseos y criterios presidenciales. Y en lo que respecta al tema de la reelección, la voluntad del pueblo ha quedado clara, tanto en la Consulta Popular del 2006 cuando la mayoría votó a favor del modelo norteamericano (dos períodos y nunca más) como en todas las encuestas recientemente publicadas sobre el tema que revelan cifras de popularidad del presidente Medina, sin precedentes en toda la región y que más del 80 por ciento de los dominicanos quieren que Danilo gobierne 4 años más.

Mal harían los congresistas del PLD si desafían la decisión de su Comité Político, pero peor harían los legisladores de ese o cualquier partido si dan la espalda a lo que pide la población que los puso en sus cargos. Ni las ideologías, ni las banderas políticas, ni las lealtades, ni mucho menos aún las ambiciones personales pueden pesar más en circunstancia alguna que lo que quiere y decide el pueblo, titular de la soberanía.

Y como el soberano ha expresado de forma tan inequívoca y contundente que quiere que Danilo se quede, lo más noble que pueden hacer los actores del sistema, incluyendo a los partidos de oposición, es ceder en favor de una gran alianza por la voluntad popular.

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