Posturas ideológicas

En el país no existe discusión ideológica. Los grandes partidos no tienen escuelas de cuadros o de formación política activas o reales.

En el país no existe discusión ideológica. Los grandes partidos no tienen escuelas de cuadros o de formación política activas o reales. No tienen revistas políticas ni programas de información. Además las adhesiones políticas se realizan a título personal o familiar, por cercanía e interés económico, no por convicción ni creencia en postulados o doctrinas.

Los partidos pequeños cuyo norte es adherirse a los “grandes”, con aquellos solo los diferencia el tamaño. Los que se consideran de izquierda, aunque reproducen muchas de las prácticas que critican, son más coherentes en su línea de pensamiento y sus pronunciamientos contienen más ideas.

La ideología histórica del Partido Reformista podría sintetizarse en el objetivo de estar “dentro del Estado” y en ubicarse, desde que es un partido minoritario, donde “el capitán lo vea”. Conozco algunos jóvenes reformistas que se están formando, ojalá y puedan lograr espacios de dirección partidaria y cambiar el rumbo de la agrupación. El reformista debe apostar a la juventud.

El PRD está tan reducido que parece no existir a veces. Unos 70 años de historia están en peligro por la tozudez de una clase dirigente que no tiene compromiso con la historia de la agrupación o que, aunque tienen años de militancia, sus objetivos son “personales” o “grupales”, no nacionales. De igual forma su presidente, el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, quiere disputar espacios dentro del sector conservador nacional, alejándose de la tradición de la organización que preside, cometiendo un grave error, pues allí no tiene posibilidades de crecimiento. El PRD debería volver a sus orígenes.

El PRM podría ser un gran partido de oposición, pero no se siente. Aun no tiene estructuras y solo vende dos precandidatos, mientras resuelven eso, la vida sigue y ellos alejados del ruedo político. Deberían mostrar unidad, organizarse y hacer una fuerte oposición, pero constructiva. Solo así puede crecer.

El PLD, de su lado, con casi una década ininterrumpida en el poder y con influencia determinante en todos los sectores nacionales, sumado a una unidad que aparenta monolítica, posee una enorme fortaleza. Incluso, puede darse el lujo de disputar, a un tiempo, los dos grandes segmentos políticos nacionales: conservadores y liberales.

El expresidente Fernández ha decidido ser amo y señor de los conservadores nacionales y lo ha logrado. Allí nadie puede disputarle ese espacio. El presidente Medina, de su lado, coquetea con los sectores liberales, progresistas y feministas, y los ha seducido con muchas de sus ejecutorias y con su estilo sobrio, sencillo.

Hemos avanzado en muchos aspectos si pensamos en los “doce años” o más atrás. Pero el juego democrático aun no es transparente, más bien turbio. Y, en lo referente al debate ideológico, hemos retrocedido. Y esto es importante porque a más ideas se suman mayores compromisos, más responsabilidad de la clase política y más confianza de la población en sus ejecutorias.

El problema ideológico es de fondo.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas