Pros y contras de tener un solo hijo

Para nadie es un secreto que el núcleo de la sociedad es la familia, pues es ahí donde se forman y desarrollan las habilidades sociales de un individuo para formar parte activa de la misma. Por tal razón, a la hora de tener hijos, la…

Pros y contras de tener un solo hijo

Para nadie es un secreto que el núcleo de la sociedad es la familia, pues es ahí donde se forman y desarrollan las habilidades sociales de un individuo para formar parte activa de la misma. Por…

Para nadie es un secreto que el núcleo de la sociedad es la familia, pues es ahí donde se forman y desarrollan las habilidades sociales de un individuo para formar parte activa de la misma.

Por tal razón, a la hora de tener hijos, la pareja debe evaluar los métodos de enseñanza, los valores cívicos por los que quiere que sus crías se guíen, las normas a respetar y los derechos a cumplir. También es el momento para, si desean tener hijos, determinar cuántos.

En la actualidad, las parejas planifican, cada vez, tener menos hijos, bajo el alegato de que la “situación económica no está buena”, pues piensan en poder darles mejor calidad de vida.

Con relación al tema, Alexandra Febles Geara, psicóloga clínica, con una especialidad en terapia infantil, considera que al momento de planificar el inicio de la vida parental es importante que los padres tengan ideas similares en cuanto a lo que será el número de hijos a concebir, cómo desean llevar a cabo el proceso de crianza y sobre las decisiones que a futuro tendrán que ir tomando sobre su escolarización y demás situaciones venideras.

“La coherencia que haya entre ellos en cuanto a sus conversaciones y actuaciones, influirá posteriormente sobre el desarrollo equilibrado de sus hijos”, explica Febles Geara, quien considera que el sistema fraternal dentro de la familia es beneficioso en el desarrollo de los hijos.

Este es el medio en el que se aprenden habilidades para socializar, como la negociación, la forma de tratar a los demás con valores como el respeto, la tolerancia, el amor. Los hermanos, según Febles Geara, sirven como red de apoyo ante las distintas situaciones, tanto positivas como negativas, que pueda ir atravesando el otro.

“Para que esta relación esté basada en un trato sano, se necesita de unos padres que prediquen con el ejemplo, que pueden servir para el aprendizaje del diálogo, la tolerancia a la frustración, el saber pedir perdón y perdonar, aprender a valorar la importancia del buen trato y la comunicación en la familia”, agrega Febles Geara.

Y es que tener un hijo puede resultar  una cifra “cómoda” para poder cumplir con las responsabilidades de estudio, comida, salud, vestimenta y ocio que necesita un niño. Pero… ¿Qué tan beneficioso puede ser eso para el infante?
Según un estudio de la Universidad estatal de Ohio, los niños que crecen en familias con dos o más hijos son más sociables y poseen un mayor desarrollo emocional que los que son hijos únicos.

Aprenden a controlar más fácilmente los arranques de ira, poseen más facilidad para expresar sus sentimientos de un modo positivo y para mostrar empatía hacia los demás. Los hermanos luchan entre ellos, puede existir cierta rivalidad y tener conflictos, pero de esta misma manera aprenden las habilidades de negociación y resolución de conflictos.

“En el terreno social, la ventaja de tener hermanos se traduce en una mayor facilidad para hacer amistades y mantenerlas, una mayor capacidad para aceptar y llevarse bien con otras personas a pesar de las diferencias; una habilidad para ayudar y reconfortar a otros niños cuando surgen dificultades”, comenta la también psicóloga, Lorraine Isa.

Es cierto que cuando se tiene hermanos hay que compartir el amor, tiempo y dedicación de los padres, considera Isa, sin embargo, posiblemente haya que compartir el espacio físico en el hogar por lo que la privacidad puede verse amenazada, verse en la necesidad de crear horarios para uso de la computadora,  televisión y juguetes no es tan agradable como tenerla para sí mismo, pero los beneficios que se pueden sacar de estas relaciones, que tienden a ser amorosas y duraderas, valen el sacrificio. 

Otros estudios apuntan a que los hijos únicos, debido a la mayor atención y estimulación de la que son objeto por parte de sus padres, son niños muy seguros, equilibrados, y con buena autoestima, gracias al estrecho vínculo que han establecido con sus progenitores.

“Acostumbrados a ser el centro de la casa y a jugar solos, con frecuencia son los líderes del grupo y suelen ser también bastante creativos”, resalta Isa.

De su lado, Febles Geara considera que el hecho de tener hermanos o no puede influir de manera distinta en cada persona. “No deja de ser cierto que en muchos casos, los hijos únicos tardan más en madurar sus habilidades sociales y emocionales. Pero esto dependerá de diversos factores en cada caso, como las actitudes heredadas, la dinámica familiar, los estilos de crianza y las actividades a las que se esté expuesto”. l

Compañía
Integrar una mascota a la dinámica familiar puede ser de gran ayuda para gratificar el área emocional de los hijos únicos. Los animales domésticos generan sensaciones de compañía y fortalecen el valor de la responsabilidad, ya que deben cuidarlos día a día.

¿Cuántos?
El número ideal de hijos en una familia lo determina la pareja. La decisión dependerá de varios factores como: cómo fue la experiencia de cada uno en su infancia, si tuvo hermanos o no, la economía y la estabilidad de la relación, entre otros.

Deja que vivan sus propias experiencias

Para evitar que un hijo único viva su experiencia como traumática o angustiante, es importante que los padres sepan cómo ayudarle durante su desarrollo para que fortalezca sus habilidades sociales y emocionales y pueda tener un comportamiento adecuado consigo mismo y con los demás en los distintos ambientes en el que se desenvuelva.

“Entre los factores que pueden tomar en cuenta para prevenir esta situación, está el facilitar la socialización de manera interactiva, asertiva y bien tratante dentro del hogar desde la niñez, siendo de suma importancia la comunicación, un hábito a cultivar desde la primera infancia. Así, podrá ser un niño capaz de ir aprendiendo a socializar adecuadamente en otros ambientes”, recomienda Febles Geara. 

Mientras que Isa aconseja a los padres permitir la socialización de su hijo único con otros de su edad en diferentes actividades, ya sea deportivas o recreativas; y a los que tengan hermanos a respetar las diferencias entre ellos y aceptar la personalidad de cada uno para el buen desarrollo de una adecuada autoestima.

Posted in Sin categoría

Para nadie es un secreto que el núcleo de la sociedad es la familia, pues es ahí donde se forman y desarrollan las habilidades sociales de un individuo para formar parte activa de la misma. 

Por tal razón, a la hora de tener hijos, la pareja debe evaluar los métodos de enseñanza, los valores cívicos por los que quiere que sus crías se guíen, las normas a respetar y los derechos a cumplir. También es el momento para, si desean tener hijos, determinar cuántos.

En la actualidad, las parejas planifican, cada vez, tener menos hijos, bajo el alegato de que la “situación económica no está buena”, pues piensan en poder darles mejor calidad de vida.

Con relación al tema, Alexandra Febles Geara, psicóloga clínica, con una especialidad en terapia infantil, considera que al momento de planificar el inicio de la vida parental es importante que los padres tengan ideas similares en cuanto a lo que será el número de hijos a concebir, cómo desean llevar a cabo el proceso de crianza y sobre las decisiones que a futuro tendrán que ir tomando sobre su escolarización y demás situaciones venideras. 

“La coherencia que haya entre ellos en cuanto a sus conversaciones y actuaciones, influirá posteriormente sobre el desarrollo equilibrado de sus hijos”, explica Febles Geara, quien considera que el sistema fraternal dentro de la familia es beneficioso en el desarrollo de los hijos. 

Este es el medio en el que se aprenden habilidades para socializar, como la negociación, la forma de tratar a los demás con valores como el respeto, la tolerancia, el amor. Los hermanos, según Febles Geara, sirven como red de apoyo ante las distintas situaciones, tanto positivas como negativas, que pueda ir atravesando el otro. 

“Para que esta relación esté basada en un trato sano, se necesita de unos padres que prediquen con el ejemplo, que pueden servir para el aprendizaje del diálogo, la tolerancia a la frustración, el saber pedir perdón y perdonar, aprender a valorar la importancia del buen trato y la comunicación en la familia”, agrega Febles Geara.

Y es que tener un hijo puede resultar  una cifra “cómoda” para poder cumplir con las responsabilidades de estudio, comida, salud, vestimenta y ocio que necesita un niño. Pero… ¿Qué tan beneficioso puede ser eso para el infante?
Según un estudio de la Universidad estatal de Ohio, los niños que crecen en familias con dos o más hijos son más sociables y poseen un mayor desarrollo emocional que los que son hijos únicos. 

Aprenden a controlar más fácilmente los arranques de ira, poseen más facilidad para expresar sus sentimientos de un modo positivo y para mostrar empatía hacia los demás. Los hermanos luchan entre ellos, puede existir cierta rivalidad y tener conflictos, pero de esta misma manera aprenden las habilidades de negociación y resolución de conflictos. 

“En el terreno social, la ventaja de tener hermanos se traduce en una mayor facilidad para hacer amistades y mantenerlas, una mayor capacidad para aceptar y llevarse bien con otras personas a pesar de las diferencias; una habilidad para ayudar y reconfortar a otros niños cuando surgen dificultades”, comenta la también psicóloga, Lorraine Isa.

Es cierto que cuando se tiene hermanos hay que compartir el amor, tiempo y dedicación de los padres, considera Isa, sin embargo, posiblemente haya que compartir el espacio físico en el hogar por lo que la privacidad puede verse amenazada, verse en la necesidad de crear horarios para uso de la computadora,  televisión y juguetes no es tan agradable como tenerla para sí mismo, pero los beneficios que se pueden sacar de estas relaciones, que tienden a ser amorosas y duraderas, valen el sacrificio.  

Otros estudios apuntan a que los hijos únicos, debido a la mayor atención y estimulación de la que son objeto por parte de sus padres, son niños muy seguros, equilibrados, y con buena autoestima, gracias al estrecho vínculo que han establecido con sus progenitores. 

“Acostumbrados a ser el centro de la casa y a jugar solos, con frecuencia son los líderes del grupo y suelen ser también bastante creativos”, resalta Isa. 

De su lado, Febles Geara considera que el hecho de tener hermanos o no puede influir de manera distinta en cada persona. “No deja de ser cierto que en muchos casos, los hijos únicos tardan más en madurar sus habilidades sociales y emocionales. Pero esto dependerá de diversos factores en cada caso, como las actitudes heredadas, la dinámica familiar, los estilos de crianza y las actividades a las que se esté expuesto”.

Compañía
Integrar una mascota a la dinámica familiar puede ser de gran ayuda para gratificar el área emocional de los hijos únicos. Los animales domésticos generan sensaciones de compañía y fortalecen el valor de la responsabilidad, ya que deben cuidarlos día a día.

¿Cuántos?
El número ideal de hijos en una familia lo determina la pareja. La decisión dependerá de varios factores como: cómo fue la experiencia de cada uno en su infancia, si tuvo hermanos o no, la economía y la estabilidad de la relación, entre otros.

Deja que vivan sus propias experiencias

Para evitar que un hijo único viva su experiencia como traumática o angustiante, es importante que los padres sepan cómo ayudarle durante su desarrollo para que fortalezca sus habilidades sociales y emocionales y pueda tener un comportamiento adecuado consigo mismo y con los demás en los distintos ambientes en el que se desenvuelva. 

“Entre los factores que pueden tomar en cuenta para prevenir esta situación, está el facilitar la socialización de manera interactiva, asertiva y bien tratante dentro del hogar desde la niñez, siendo de suma importancia la comunicación, un hábito a cultivar desde la primera infancia. Así, podrá ser un niño capaz de ir aprendiendo a socializar adecuadamente en otros ambientes”, recomienda Febles Geara.  

Mientras que Isa aconseja a los padres permitir la socialización de su hijo único con otros de su edad en diferentes actividades, ya sea deportivas o recreativas; y a los que tengan hermanos a respetar las diferencias entre ellos y aceptar la personalidad de cada uno para el buen desarrollo de una adecuada autoestima.

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