En los comicios de este domingo no está en juego reelegir a un presidente que busca continuar en el cargo por ambición y capricho ni prolongar la permanencia en el poder de un partido que pretende que su predominio se extienda hasta la celebración del bicentenario de la República ni mantener en sus cargos a funcionarios que en agosto cumplirán 16 años en el Gobierno.
Aunque es posible que una parte de lo citado pueda ser verdad, lo que el electorado va a decidir es escoger entre, por un lado, una formación como el Partido de la Liberación Dominicana con un real proyecto de nación a largo plazo, aplicado en 16 años por dos presidentes, cada uno con su visión particular de cómo aplicarlo.
Y por el otro lado, la principal fuerza de oposición con un candidato sin evidencias materiales, pero rodeado por políticos y técnicos cuyo paso por el Gobierno sumió a la República Dominicana en un abismo del cual persisten efectos a pesar de los esfuerzos y los logros alcanzados por las dos gestiones de Leonel Fernández y la actual de Danilo Medina.
El electorado pondrá en una balanza el crecimiento económico sostenido que ha situado a la República Dominicana a la vanguardia en la región, la estabilidad cambiaria, baja inflación, confianza de los inversores extranjeros, la creación de empleos, la cuantiosa inversión en educación, la tanda extendida y los programas sociales aplicados sin la intención de pase de factura, entre muchas realizaciones más.
El PLD ha probado que en sus administraciones se puede tener la certidumbre de que un dólar estadounidense que vale hoy cerca de 46 pesos dentro de un año no costará 56 sino posiblemente unos centavos menos y si aumenta será un incremento poco significativo.
Se sabe que una parte de la población vota de manera emocional, motivada por el activismo político y la afiliación partidaria. Es el llamado voto partidario que en ningún sistema define un ganador. Este se encuentra en todos los partidos y da el primer empuje a un posicionamiento electoral.
Sin embargo, el votante que decide es el otro; el que analiza más allá del partido y mira al futuro. Este no se equivocará y sufragará por Danilo Medina y Margarita Cedeño de Fernández.
