Río Nizao: padre de la producción de agua y de hidroelectricidad

El río Nizao es el mejor modelo de aprovechamiento hidráulico e hidroeléctrico que tiene el país. Hasta ahora no existe otro con el nivel de aporte de éste, de acuerdo a datos oficiales y a conocedores del tema.

El río Nizao es el mejor modelo de aprovechamiento hidráulico e hidroeléctrico que tiene el país. Hasta ahora no existe otro con el nivel de aporte de éste, de acuerdo a datos oficiales y a conocedores del tema.El río Nizao, a la fecha, es el único que posee cuatro presas en República Dominicana: Jigüey, Aguacate, Valdesia y Las Barías (esta última es un contraembalse). Existen otros ríos con gran potencial en el territorio dominicano,  pero no se han realizado las inversiones de lugar para aprovechar ese potencial. Uno de ellos es el Yaque del Norte, del cual solo se ha aprovechado en el complejo Tavera-Bao-López-Angostura, sostiene el geólogo Osiris de León.

El uso de las aguas procedentes del Nizao son utilizadas para generación hidroeléctrica, para riego de cultivos agrícolas  y para consumo humano, tres elementos fundamentales para la vida de un país. Por ejemplo, Santo Domingo recibe 137 millones de galones de agua/día que vienen de la presa de Valdesia.

Eso quiere decir que si no existiera la presa de Valdesia (en el río Nizao), la ciudad de Santo Domingo tendría una terrible crisis de abastecimiento de agua potable porque esa demarcación tiene una población que supera los tres millones de habitantes, que consumen poco más de cuatro millones de galones de agua, y prácticamente la tercera parte de ese líquido viene de Valdesia”, calcula De León.

En efecto, los datos que maneja el experto encajan bien con las cifras que conserva el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), organismo rector de las políticas de agua en el país. “6.3 metros cúbicos de agua por segundo se destinan a la capital dominicana desde la presa de Valdesia”, según el libro “El Indrhi en el Desarrollo Nacional”, del año 2006. Cuando las cuatro presas de Nizao se miran de manera particular los números son los siguientes: Jigüey inició sus operaciones en 1992, tiene una altura de 115 metros, una capacidad de almacenamiento de 167 millones de metros cúbicos de agua, una potencia instalada de 96 megavatios (MW) y una generación promedio de 164.48 gigavatios (GW) por hora al año.

Aguacate comenzó a operar en 1992, tiene una capacidad de almacenamiento de 4.3 millones de metros cúbicos, una altura de 51.5 metros, una potencia instalada de 52 MW y una generación promedio de 192.20 GW/hora/año. En el caso de Valdesia, su altura es de 78 metros, tiene una capacidad de almacenamiento de 166 millones de metros cúbicos de agua, posibilita la irrigación de 195,312 tareas, tiene una potencia instalada de 54 MW y una generación promedio de 74.58 GW/por hora al año. Valdesia inició sus operaciones en 1976.

El contra embalse Las Barías tiene una altura de 22 metros, su capacidad de almacenamiento es de tres millones de metros cúbicos de agua, y se inició en 1976.

El contraembalse tiene una pequeña hidroeléctrica. Cuando se hace la sumatoria de todos estos aportes en las áreas de agua para acueductos, generación eléctrico y riego el resultado es como sigue: entre las cuatro presas enumeradas almacenan 340.3 millones de metros cúbicos de agua, envían a la capital (en el caso Valdesia) 6.3 metros cúbicos de agua por segundo, irrigan 195,312 tareas, tienen una capacidad instalada de 202 MW y generan en promedio 431.26 GW/hora/año.  

¿Y el dinero de Egehid?

El geólogo Osiris de León plantea que “si hay una tarea importante en la que debe enfocarse el Gobierno es en la separación del 10% de los beneficios económicos generados por la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (EGEHID) en el río Nizao”. Es decir, sostiene De León, que el 10% del dinero que generan las presas de Jigüey, Aguacate, Valdesia y el contraembalse Las Barías debe ir a la recuperación de la cuenca.

De otro lado, sugiere hacer un estudio de toda la cuenca del Nizao hasta llegar a la parte alta en Nizaíto y a partir de eso un plan de reordenamiento territorial de la cuenca. “Hasta que no haya un plan de reordenamiento territorial de la cuenca, la deforestación seguirá afectándola y los asentamientos humanos seguirán también provocando estragos, más la extracción irregular de agregados”, dice.

Una explotación sin contemplar los daños

El río Nizao ha sido tan maltratado, que en 1970 su degradación motivó a que el presidente de entonces, Joaquín Balaguer, tuviera que emitir el decreto 257, prohibiendo la extracción de agregados en la zona. Y establecía que esa actividad se prohibía sin importar que fuera por métodos manuales, mecánicos o de cualquier otra índole. En 1971 se promulgó la Ley 123, que prohibía la extracción de los componentes de la corteza terrestre, llamados arena, grava, gravilla y piedras de agregados de los ríos, y en ese caso la referencia para crear esa normativa fue Nizao. De manera que ese afluente ha sido la referencia de las dos disposiciones legales que se han tenido en el país frenando las extracciones de agregados. Prácticamente todas las empresas tenían a Nizao como fuente de abastecimiento.

LOS EXPERTOS

Osiris de León
GEÓLOGO
“El Gobierno tiene que comenzar un plan de reordenamiento territorial para garantizar que las obras hidráulicas del Nizao puedan durar 25 años más. Hay que aprovechar al máximo la potencia instalada de Jigüey, Aguacate y Valdesia”.

Eliseo González
Gerente Planificación del INDRHI
“Sin duda, Nizao es la cuenca más regulada del país porque tiene cuatro presas, pero las de envergadura son: Jigüey y Aguacate. Las Barías es un contra embalse, es decir, una presa más abajo que la presa de Valdesia”.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas