Segundas historias, segundas vueltas

Carla lleva diez años de casada en su segundo matrimonio, su primera experiencia duró tres. Ella tiene dos hijos de su anterior relación y su esposo uno. En común tienen dos. Constituyen técnicamente una familia reconstituida o ensamblada,…

Carla lleva diez años de casada en su segundo matrimonio, su primera experiencia duró tres.

Ella tiene dos hijos de su anterior relación y su esposo uno. En común tienen dos. Constituyen técnicamente una familia reconstituida o ensamblada, personas en cuyas vidas se les ha presentado una segunda oportunidad, respecto a su proyecto personal, de familia.

En este caso ambos han experimentado vivencias similares. Matrimonios que fracasaron. A veces la segunda oportunidad nos llega con alguien que no ha experimentado igual vivencia.

Cuando fracasa el primer matrimonio y se presenta la oportunidad de un segundo, ¿Qué debemos hacer, qué no? ¿Qué no debemos repetir? ¿Cómo manejarnos para que esta vez funcione?

“Lo fundamental es entender qué fue lo que paso en la relación anterior, hacer una reflexión, ver las luces y las sombras, lo que llevó al fracaso, al fin de la relación.

Refrescar los mejores momentos… porque eso hace entender si hay un tema que te concierne a ti o le concierne a la otra persona, o si se trata de un tema de la relación.

Poder llevar la experiencia aprendida a esa nueva relación”, así lo explica el psicólogo clínico y analista Jorge Morillo abordado sobre las segundas oportunidades en las parejas, puntualmente los segundos matrimonios.

l ¿Piensa que de esa reflexión dependerá la suerte de ese segundo matrimonio?
l Es significativo, no su suerte, porque  es plantear un postulado muy genérico.

Si tienes una relación anterior no resuelta, no  organizada, no cerrada, lo que ocurrió en esa relación anterior lo llevarás a la siguiente.

Por ejemplo, una relación que termina por un tema de infidelidad si no lo cierras, esa desconfianza se lleva a la relación siguiente.

l ¿Cómo se cierra ese capítulo?
l Con un proceso, asentándolo, analizándolo, por lo general se requiere de un profesional para poder manejar ese tema.

l ¿Es la infidelidad lo que afecta en la relación de pareja?
l No necesariamente. La infidelidad per se no lleva al término de la relación. Cuando es el hombre el infiel no genera tanta ruptura como cuando es la mujer.

Esto se debe a cuestiones de educación, de cultura. La cultura educa y marca. A los niños cuando están pequeños se les celebra si tienen varias  novias, mientras que a las niñas se les educa para todo lo contrario.

l ¿Cuál tiende a perdurar, el primer matrimonio o el segundo?
l No tenemos datos estadísticos, pero la duración de una relación depende de la madurez de las personas.

Y si no resuelves la causa que motivó el fin de tu primera relación se puede repetir el mismo cuadro, el mismo escenario.

Y cuando hay hijos se vuelve complejo, porque la relación del segundo matrimonio no se centra en la pareja sino en los hijos y las familias de esos hijos, porque de alguna manera todos participan.

l ¿Existe un “manual” para manejar las maneras de todos esos protagonistas que intervienen en esa segunda historia o segunda oportunidad?
l Debe procurarse  que se mantenga la amistad por encima de todo, ya que quien termina es la pareja, no los padres.  Los padres no se divorcian, quien se divorcia es la pareja. Los padres seguirán siendo padres de sus hijos aun no sean ya más pareja.

l ¿Cuándo debe iniciarse un segundo matrimonio o una segunda relación?
l Recomiendo buscar un profesional cuando se termina la primera relación y cuando se decide iniciar una segunda.

Ahí se busca entender lo que sucedió y procesarlo. Antes de ir a la relación, nos vamos a las historias personales.  Cada ser humano es el resultado de todo lo que ha vivido. 

Cada quien tiene su propia historia. Si esa persona viene de una familia donde ya ha habido divorcio, ya ha habido separación, si sus padres no resolvieron ese tema es muy probable que los hijos tengan que resolverlo porque incorporan esos conflictos, incorporan esas vivencias.

Es posible que se vean enfrentando situaciones muy parecidas a las vividas por sus progenitores a unos niveles inimaginables.  Construyendo  inconscientemente la misma estructura de familia que termina en el fracaso.

l Las causas de divorcio en un segundo matrimonio, ¿suelen coincidir con las causas del primero?
l No necesariamente.

Porque en el segundo matrimonio hay un elemento nuevo significativo presente siempre que no estuvo en el primero: el ex o la ex.
l ¿Cómo debe manejarse la figura  del ex o la ex?
l Tiene que construirse una amistad, porque ese o esa ahí presente también va a educar a mi hijo.  Tiene que haber una relación cordial.  De alguna manera participa en la educación, cuidado y seguridad del hijo.

Cuando un hijo se va a graduar de “ya se leer” quiere ver a su mamá y a su papá ahí. Entonces todos ellos participan. Los padres, te repito, no se divorcian.  Son las parejas. Cada quien debe respetar el espacio del otro por eso es importante cerrar los ciclos anteriores.

l ¿Existe la edad para casarse?
l Mas que un tema cronológico, se trata de  un proyecto de vida. Cada ser humano tiene que tener un proyecto de vida que incluye lo que va a hacer, lo que quiere hacer, adonde quiere llegar y qué tiene que hacer para llegar. Y una familia es parte de ese proyecto, no es el proyecto.

Y ese proceso incluye estudiar, hacer una maestría, alcanzar una estabilidad económica que permita construir la otra parte del proyecto personal, de vida, que es la familia. 

La familia es una parte del proyecto, no es el proyecto. Lo fundamental es el proyecto, la persona tiene que tener un proyecto de vida y construir las cosas sobre la base de ese proyecto.

Una relación a destiempo sin ese  proyecto puede llevar a que la relación termine o a la infelicidad en la pareja. De ahí que hay personas que después de muchos años quieren intentar cosas que no han vivido antes.

Hay  parejas que cuando nacen los hijos se vuelcan en ellos y cuando crecen entonces la relación entra en una crisis y terminan. Hay momento, no edad, y la cultura es un papel importante. 

En Europa, por ejemplo, hay muchas parejas sin hijos porque la maternidad es postergada para el cierre de la madurez.

l Las relaciones que se dan bajo esta filosofía, ¿suelen ser duraderas esas relaciones?
l Si porque ellos tienen un proyecto de vida y tratan de agotar ese proyecto.  En el Caribe las relaciones no son tan estables porque se tiene una cultura distinta. En Francia particularmente viven juntos ocho, nueve, diez años, se comprometen con la relación.

Cada uno desarrolla su proyecto, pero no están casados, conviven. Viene luego el tema de compromiso porque la relación de pareja o el matrimonio  requiere de dos condiciones fundamentales: sentido de permanencia y sentido de pertenencia.

l ¿La tercera es la vencida?  ¿Qué de esos que se casan y se divorcian constantemente?
l Eso suele darse en alguien que no ha aceptado lo que está ocurriendo. Alguien que no es capaz de crear vínculos afectivos estables.

l ¿Es posible que existan personas que no hayan nacido para ser solteros siempre?  
l Yo pienso que todo ser humano podría estar casado y podría no estar casado. Volvemos al tema del proyecto, hay quienes viven bien solos y aun tienen su nivel de felicidad y ese es su proyecto. Nunca les interesó ni contemplaron casarse. No entra dentro de su proyecto.

l ¿Qué se requiere, además de tener un proyecto definido, para que funcionen las relaciones de pareja?
l Lo primero es la química. Lo segundo es el proyecto. No haces nada con tener un proyecto si no tienes química.  Ambas cosas se requieren y es entonces cuando podemos hablar de luchar por la relación. Luchar por la relación es luchar por el proyecto en común. Si hay proyecto y no hay química, se suele buscar esa carencia en los hijos. De ahí que cuando los hijos crecen, la relación entra en crisis y fracasa. l

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas