Transporte expreso de mercancía

Lamentablemente, la reforma fiscal se hace necesaria para pagar las deudas de una fiesta que no organizó Danilo Medina, a la que ni siquiera…

Lamentablemente, la reforma fiscal se hace necesaria para pagar las deudas de una fiesta que no organizó Danilo Medina, a la que ni siquiera fue invitado, pero que le ha tocado a él recoger sus platos rotos. Es por esto que muchos de sus aspectos técnicos, si bien no son agradables, resultan entendibles como única alternativa temporal para lidiar con el desastre que el nuevo gobierno heredó de Leonel Fernández.

Lo anterior no significa, sin embargo, que se llegue al extremo de pretender justificar impuestos violatorios de acuerdos internacionales de los cuales nuestro país es signatario y que sin dudas podrían significar problemas en nuestras relaciones con importantes socios comerciales como los Estados Unidos.

Por esto comparto plenamente la preocupación de la Asociación Dominicana de Empresas de Courier (Asodec) sobre la aplicación de impuestos a las importaciones de bajo valor.

Pretender imponer cobros impositivos a compras por internet es atentar contra disposiciones claras contempladas en el DR-Cafta sobre el transporte expreso de mercancía. Esto así, porque el decreto 402-05 que en la reforma se modifica, contentivo del Reglamento de Despacho Expreso de Envíos, fue notificado a la Oficina de Acuerdos Comerciales de los Estados Unidos (USTR) en observancia con el Artículo 5 del tratado de libre comercio DR-Cafta para cumplir con el 5.11 de implementación del acuerdo, lo que inmediatamente le convierte en parte esencial del DR-Cafta y con igual fuerza vinculante para todos los fines jurídicos.

Por otro lado, no hay una real contribución económica con esta medida que justifique los daños, pues encarecería los costos operativos de las aduanas y como haría más largo el procedimiento el sistema de Courier (que tan positivamente ha impactado a los dominicanos) colapsaría por perder su principal sentido, afectando también a otros sectores conexos como las empresas de transporte aéreo, muchas tiendas y mercados, y por supuesto a miles de compradores y usuarios particulares.

Estoy convencida de que no es interés del presidente Medina que en nuestro país opere una involución en la apertura comercial y que entre en conflicto con los Estados Unidos por violar las disposiciones de un acuerdo comercial del que somos parte, por lo que estoy segura que esta parte de la propuesta se “coló” subrepticiamente en el paquete sin conocimiento del Ejecutivo. Es por esta razón que exhorto al Presidente a que, enterado de lo que hicieron los senadores, impida que la reforma sea aprobada con una medida tan perjudicial y que a todas luces implicaría un retroceso.

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