Universidad, ciencias básicas y crisis energética (y 2)

Los cuatro puntos anteriores son, pues, a nuestro juicio, los vértices del cuadrilátero del éxito de las investigaciones energéticas…

Los cuatro puntos anteriores son, pues, a nuestro juicio, los vértices del cuadrilátero del éxito de las investigaciones energéticas que se hagan. Sus diagonales vienen a ser los indispensables recursos financieros. Esas diagonales se cortan en un punto, el cual va a representar la Universidad Católica Madre y Maestra. Excúsenme, señores, esta pintoresca imagen geométrica; no pude resistir la tentación.

Ahora bien, ¿qué influencia tendrían estos grupos de investigación energética sobre la actividad docente?

Necesariamente se va a producir una interacción fructífera entre el área investigadora y el área docente.

Los profesores investigadores llevarán a las clases problemas e inquietudes energéticas que servirán de fermento intelectual a los estudiantes. El hábito de pensar necesariamente adquirido en las experiencias de investigación por el profesor se va a transmitir por gravedad al estudiante con las informaciones relativas al objeto de conocimiento; y eso tendría por consecuencia (lo que es una de las finalidades del cuarto objetivo específico de este Taller) cambios fundamentales de actitud en estudiantes y profesores pues su mayor capacitación analítica y la conciencia del problema energético sedimentada a lo largo de discusiones y experiencias docentes y de investigación los pondría en muy favorables condiciones para intentar encontrar soluciones a problemas que, como el energético, se ciernen sobre todos como una espada de Damocles.

“La investigación científica -cito de nuevo el informe de la UNESCO mencionado párrafos atrás- transforma el mundo académico por su impacto en los profesores y, por lo tanto, desarrolla directamente en la evolución de los elementos modernos en la educación”.

La UNESCO, como de seguro lo notaron ustedes, se refiere a todo tipo de investigación científica, no sólo a la energética, por lo que la influencia benéfica que ésta ejercería sobre el mundo académico no es prerrogativa exclusiva de ella sino que es el efecto de toda investigación científica.

El costo creciente del petróleo ha hecho cundir el pánico por el mundo, a excepción de los países productores y de las empresas distribuidoras de ese mineral. El fuerte impacto sobre las economías de los países compradores ha sido la causa real de la galopante búsqueda de fuentes de energía aprovechable, sean éstas convencionales o nuevas. La propaganda es inmensa, los recursos financieros no se hacen cortejar demasiado, se crean instituciones y organismos aquí y allá para atender tan acuciante asunto.  Y no es para menos, como sabemos todos.

Hay que ahorrar de la energía que actualmente utilizamos, aprovechar la del Sol, la del viento, la de la biomasa.  Ir pensando en la geotérmica, en el gradiente de temperatura marino. Pensar aunque no queramos en la de fisión nuclear sin dejar de soñar realísticamente en la fuente termonuclear, la salvadora de todos.

En toda esta carrera de la energía, la canalización institucional es de primera importancia.  Por ella se harán circular, a través de una infraestructura burocrática mínima indispensable, los caudales de la cooperación internacional y del conjunto de fuerzas de sectores enteros del país.Pero cuidémonos de un error.  La sola existencia de los organismos institucionales no garantiza necesariamente la búsqueda efectiva de las soluciones energéticas.

La situación actual genera fácilmente la aparición de esos organismos.  La mejor intención precede a ésta y al cabo de un cierto tiempo algunos de ellos sólo justifican su existencia por la ocupación de un espacio en un determinado edificio.  Estos son los casos que a toda costa debemos evitar.

La Universidad Católica Madre y Maestra es una institución que a mi entender tiene, como toda universidad, el deber de preocuparse por la solución de los problemas no sólo de la comunidad social donde transcurre su existencia, sino del país.  En consecuencia, la crisis energética también le concierne. Y para enfrentarla dispone de la vitalidad y capacidad de acción necesarios.  Sólo que éstas han de encauzarse en la dirección de la efectividad máxima.
Esa dirección, ¿quedará claramente definida al término de este Taller?
Eso esperamos.

Texto complementario

[A continuación presentamos al amigo lector dos textos del destacado físico brasileño José Leite López relativos  al tema tratado y extraídos  de la fuente [3]]

La ciencia y los países subdesarrollados (p.75):
Los procesos históricos que garantizaron el desarrollo de la ciencia en los países actualmente avanzados no tuvieron lugar -al menos de manera continua y sistemática- en los pueblos hoy llamados subdesarrollados. Sin embargo, muchos de ellos construyeron antiguas civilizaciones, de las cuales recibimos no sólo una rica herencia artística y filosófica, sino también los principios de la propia ciencia, por ejemplo la geometría, astronomía, etc.

Como no estimularon el desarrollo sistemático de técnicas y la búsqueda del conocimiento científico, esas sociedades carecieron de los instrumentos básicos para el progreso que dieron lugar -en realidad para asegurar su propia sobrevivencia- a la moderna civilización (ver la obra de Ritchie Calder, L ‘homme et ses techniques, Payot, París, 1963). Y, una vez establecida la desigualdad cultural y científica entre las naciones, las fuerzas políticas y económicas se encargaron -con frecuencia- de aumentarlas.

De este modo, la ciencia y la tecnología se convirtieron en un factor importante para la prosperidad de los países actualmente avanzados. Y la falta de conocimiento científico y de medios tecnológicos se transformó igualmente en un factor poderoso para el atraso de los pueblos subdesarrollados. La ausencia de condiciones que estimularan la búsqueda del conocimiento científico, la falta de un sistema de educación básica generalizada como también de educación técnica y científica, constituyeron así, un obstáculo para que los pueblos actualmente subdesarrollados alcanzaran los niveles económicos y culturales que caracterizan a las modernas naciones avanzadas. Así como científicos, institutos científicos y universidades son apoyados y estimulados por el verdadero progreso económico y social de un país, los resultados y beneficios de sus actividades redundan principalmente, de modo natural, en un mayor desarrollo de ese país. Y, en la práctica, la bien conocida proposición de que la ciencia es universal sólo es aplicable esencialmente al reducido universo de las naciones ricas y desarrolladas.

Incapaces de obtener, adoptar y aplicar, en beneficio propio, los resultados de investigaciones científicas -pues no la realizan- los pueblos subdesarrollados, sus reservas y riquezas, quedan a merced de los pueblos desarrollados hasta tanto aparezcan en los primeros, fuerzas y condiciones favorables capaces de establecer estructuras adaptadas a un desarrollo que tenga significación social y autonomía política; es decir, que no posea las características, antiguas o modernas, de dominación y explotación colonial.

*****

Ciencia y tecnología: ¿para la liberación o para el sometimiento? (páginas 91 y 92):
Recurro a la edición del Jornal do Brasil del día 8 de noviembre de 1968. Ahí encuentro, en la página 7 de la Primera Sección, la noticia de que Su Excelencia, el Señor Embajador de los Estados Unidos de América del Norte, habría pronunciado el día anterior una conferencia en la Escuela Superior de Guerra del Brasil. En esa noticia, se atribuye a Su Excelencia la afirmación de que “inicialmente la industria brasileña creció para responder principalmente a sus mercados internos. Si ahora ella no se vuelca hacia el mercado externo, tenderá a estancarse a un nivel de precios altos”. Y, más adelante, refiriéndose al Brasil y a los demás países del Continente, continúa la noticia con la siguiente expresó, atribuida al Señor Embajador: “Ellos deben competir en el mercado externo, pero no será muy interesante intentar competir con los gigantes europeos, norteamericano y japonés. Por eso, deben quedarse a mitad del camino, a través del Mercado Común de América Latina, compitiendo entre sí, sin restricciones arancelarias”. Por otro lado, la misma noticia afirma que en la opinión del Señor Embajador, Brasil no debe importar inmediatamente todos los modernos avances tecnológicos extranjeros, porque algunas investigaciones y tecnologías pueden no ser oportunas en países en desarrollo.

Sin embargo, el punto álgido de la noticia es el que se refiere a la pregunta dirigida al ilustre conferencista por un eminente profesor de la Universidad de San Pablo, ingeniero, que habría sido la siguiente: “¿Es compatible el empleo de tecnologías no avanzadas, justificada en la exposición, con la necesidad que tiene Brasil de establecer precios tales que sus productos puedan competir en el mercado internacional?” Sin embargo, el periodista afirma que esta pregunta habría sido considerada “un poco agresiva” por algunos asistentes.

Se trata de una pregunta, -si se planteó- muy bien formulada. Sintetiza, de manera feliz e indiscutiblemente oportuna, los debates que se han entablado en nuestro país, desde hace casi dos décadas, respecto a la cuestión del desarrollo, la industrialización y, más recientemente, del perfeccionamiento de nuestro sistema educacional, de la reforma de nuestras universidades, de la necesidad de que realicemos aquí, dentro de nuestro país, esfuerzos para el desarrollo de la ciencia, de la investigación científica, básica y aplicada, de la tecnología, de la investigación tecnológica.
———————————————-
FUENTES
[3] José Leite López; La ciencia y el dilema de América Latina: dependencia o liberación: Siglo Veintiuno Editores, tercera edición, México, 1978. l

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas