La autoestima nos marca como personas y nos ayuda a definir nuestra personalidad. La autoestima que se tiene influirá en casi todo lo que uno hace; contribuirá en la toma de decisiones, podrá modificar acciones, aspiraciones, gustos y muchas otras cuestiones que forman el ser, la felicidad y la vida de una persona.
Es importante señalar que, aunque nosotros somos los responsables de definir nuestra autoestima, conseguir tener una autoestima alta no es sencillo. La autoestima conlleva diversos procesos internos a través de los cuales se debe llegar a la aceptación de todo lo que forma parte de una persona, es decir: su imagen física, capacidades, defectos, valorar las virtudes, etc.
De la misma forma, una baja autoestima seguramente se traducirá en fracasos, frustraciones y en no alcanzar las metas deseadas. La autoestima funciona como un termómetro que indica lo que somos capaces de lograr cosa. Una percepción negativa de sí mismo limitará a la hora de lograr lo que nos propongamos y también influirá en cómo nos ven las demás personas. Si una persona no tiene confianza en sí mismo, difícilmente lo tendrán otras personas. De esta manera, es posible caer en una especie de círculo vicioso, ya que el hecho de que las demás personas no nos valoren, servirá para reforzar y acentuar aún más la valoración negativa que tenemos de nosotros mismos.
“Cada vez que vemos con ojos de asombro y pesar como aumentan los suicidios, feminicidios, asesinatos y demás manifestaciones de violencia, auto destrucción y desaliento, sentimientos estos, que podemos contactar en todas las esferas de nuestra sociedad en estos tiempos de crisis existencial. Es fácil darnos cuenta que hay que tomar medidas del tamaño de estos grandes problemas, convirtiéndose en un reto para los profesionales de la conducta así como para las autoridades educativas que rigen el futuro de las nuevas generaciones a nivel general, para luchar y destruir este flagelo”, comenta Arelis García, terapeuta familiar y orientadora escolar.
Las personas suelen culparse
La experta sostiene que es común escuchar frases como “Si ella no me quiere la mato”, “Me despidieron del trabajo y no tengo como vivir”, “No tengo suerte, es mejor estar muerto que seguir así”, “Mi pareja me dejó y era mi única razón de vivir”, “Estudiar para qué. Los políticos son ricos y la mayoría no estudió”. Estas son de las expresiones que de forma alarmante se repiten en consultorios de psicólogo, aulas de centros de estudios, y en lugares donde se está en contacto con este tipo de individuos que, lamentablemente pululan diariamente a nuestro alrededor.
“Expresar que la vida no tiene sentido por el hecho de haber terminado una relación, perdido un empleo o no lograr tus metas en el tiempo previsto no significa que la vida no tiene un valor incalculable y que no mereces vivir. Al contrario, cuando se falla, la vida está dando otra oportunidad de comenzar a ejecutar el PLAN B, que se convierte en el A, pero más fortificado, pues usas del anterior las experiencias y vivencias que se traducen en una sola palabra: madurez”, dice García.
La experta comenta que tener una autoestima saludable, debe ser el objetivo a lograr de cada individuo, sin importar cuál sea su realidad económica o social, pues todas las personas tienen, desde el momento que nacen, las herramientas que les permiten desarrollarse y enfrentar cualquier problema o situación, sin importar el tamaño o la magnitud del mismo. Sostiene que cada persona “viene” diseñada para recibir y asimilar las orientaciones e informaciones, y al mismo tiempo, descodificar y transformar en acciones los conocimientos que se les transmitan en sus diferentes etapas del desarrollo, dando como resultado que puedan defenderse de manera consciente de los desaciertos que trae el día a día, y que la sociedad ha llamado problemas.
Pasos para tener la autoestima alta
Enfocarse en una meta y lograrla. Cuando uno invierte la mayor parte de su energía y su tiempo en lograr una meta, se ocupa y por lo tanto no se preocupa. Lo principal de fijarse objetivos, es conseguirlos y para eso se necesitan constancia y disciplina. Cada vez que se logra una meta aparece una sonrisa, y una sensación de haber cumplido.
Encontrar tu talento y explotarlo. Es importante sacar y explotar tu talento. Todos tenemos habilidades, y si no es tan obvio como lo es para otras personas, hacer una lista de tus aptitudes es un buen comienzo. Está comprobado que quien tiene un cierto talento y no lo usa, se sentirá infeliz y por lo tanto poco realizado.
Leer libros que te motiven. Dicen que los libros tienen energía y el simple hecho de tener un libro lleno de frases positivas dará una cierta sensación de bienestar. Lo importante es que al terminar de leerlo, quedan las ganas de hacer cosas y de mejorar el estilo de vida. Enterarte de la vida de otras personas y como superaron sus problemas te da razones para poder afrontar los tuyos y quizá no verlos tan graves, además llevar siempre un libro contigo te da algo que hacer y así evitar pensar en cosas negativas, estés donde estés.
Rodearse de personas que te hagan sentir bien. Después de mucho tiempo de convivencia con una persona negativa es muy probable que te contagies de su baja energía. Si al contrario, te rodeas de personas que tienen iniciativa, que te dejan algo bueno en cada conversación o actividad, seguramente te contagiarás de su vitalidad y fuerza.
Ejercicio y buena alimentación. El ejercicio hace que llegue más oxígeno al cerebro, que la sangre fluya como debe y que te sientas más activa y motivada. La buena alimentación influye mucho en la salud mental y física, y si te sientes bien físicamente, verás las cosas con otra perspectiva, una mucho más sana y clara.
