Atlanta, el nuevo nicho migratorio de la diáspora criolla en EU

El flujo de dominicanos hacia el sureño estado de Georgia ha crecido en los últimos años y sigue su ascendencia a un ritmo sostenido,…

El flujo de dominicanos hacia el sureño estado de Georgia ha crecido en los últimos años y sigue su ascendencia a un ritmo sostenido, que se evidencia exponencialmente en las principales vías comerciales del condado de Gwinnett, el de mayor densidad de hispanos en toda el área metropolitana de Atlanta.

Su predominante clima subtropical, menores costos de alquiler e índices delictivos frente a otras regiones de Estados Unidos, e incluso el deseo de vivir una vida “más tranquila, sin tanta prisa”, inclinaron a Radhamés Fernández a mudarse a Atlanta con la familia, con todas sus metas y su vasta experiencia como bodeguero a cuestas.

 “Muchos venimos aquí por el costo de la vida que se disparó en Nueva York, ya que allá está muy saturado para uno hacer negocios, y también por el clima, la tranquilidad que hay para echar adelante la familia”, narra Fernández, oriundo de Moca y dueño de una bodega (colmado) en el “downtown” o parte baja de la capital georgiana.

Los mismos factores, más la cercanía con Santo Domingo (3 horas y media en vuelo directo) con relación a Chicago, de donde vino hace dos años, motivaron a Manuel Galván a abrir en Lilburn, Gwinnett, su tienda de paquetería y mercancías Domi-Mex, orientada además al mercado mejicano, mayoritario por mucho entre los nichos hispanos del Estado.  

Su flujo de negocios –afirma Galván- refleja el creciente empuje económico de la comunidad dominicana. “Cada 15 días viajamos a República Dominicana con un furgón lleno de paquetería, aparte de las remesas. También,  a surtirnos para satisfacer la demanda cada vez mayor de plátanos criollos, salami, dulces y productos de belleza para los salones, que hay muchos aquí”.

 Precisamente el auge de las estilistas dominicanas en la población afroamericana, un negocio que “se mueve mucho más y está más virgen aquí”, atrajo desde Puerto Rico a Sandra Peguero, otra emprendedora que saca provecho a sus destrezas en su salón Dominican Trukos.     Con ella coincide Chamoy Rodríguez, peluquero y dueño del popular Café Dominicano, quien añade: “las facilidades y la seguridad para uno parquearse en cualquier zona comercial o residencial” a las razones por las que dejó atrás las temperaturas bajo cero del invierno neoyorquino. Además de NY, la afluencia de dominicanos hacia Atlanta proviene, en menor medida, directa desde el suelo patrio. Pero, esencialmente, los inmigrantes llegan desde Boston, New Jersey e incluso Miami y otros puntos de La Florida en donde, aunque el clima es similar, resultan significativamente más altos los costos de la renta y las viviendas.

El Estado, el gran ausente

Según la Oficina del Censo de EE.UU., durante la última década los dominicanos radicados en Georgia pasaron de 3,233 a casi 15 mil (14,941), aunque otras encuestas socio-demográficas de la misma entidad arrojan una proyección “más objetiva” de entre 15 y 20 mil personas.

 No obstante esa tendencia, tangible sobre todo en los últimos tres o cuatro años, la presencia institucional del Estado dominicano es casi nula en este territorio de 9.6 millones de habitantes.

Como no hay oficinas de la Junta Central Electoral (JCE) ni un consulado, es necesario trasladarse hasta Miami, Nueva York e incluso al suelo patrio para obtener documentos elementales como la cédula de identidad o un acta de nacimiento, lo que afecta a muchos, como lo reconoce Ramón Ellis, representante local del consulado de Miami. “Ciertamente hay limitaciones. Una oficina de la JCE hace mucha falta, pero aquí damos todos los servicios y trámites consulares. Que los enviamos a Miami es la única diferencia con un consulado, pero nadie puede decir que ha solicitado un servicio y no se le ha dado”.

En ese contexto, un trámite consular puede tardarse de 10 a 15 días, “pero si la persona quiere o tiene una urgencia compra un sello ‘overnight’ a 37 dólares ida y vuelta, y en cinco días lo tiene”, explica Ellis, también propietario del restaurant El Patio.

A Víctor Ramírez, presidente de la Asociación Dominicana Internacional (ADI), le cuesta entender cómo el Estado “sigue de espaldas a la comunidad de Atlanta, en donde operan alrededor de 52 consulados”, algunos de países con menos arraigo en el estado, como Argentina, Perú, Costa Rica o Ecuador.

Sostiene que tanto la comunidad como la labor en beneficio de los dominicanos de entidades como la ADI tendrían mejores perspectivas “si el Gobierno abriera una representación directa para atender a sus ciudadanos y captar inversiones” en Atlanta,  considerada el mayor centro económico del sureste estadounidense y la tercera que alberga más empresas en toda la nación. l

Un olvido de tres colores

Los reiterados reclamos de la colonia dominicana para la apertura de un consulado y una oficina de la JCE en Georgia han tenido hasta ahora un mismo destino, el olvido, y un común denominador: los políticos blancos, morados o colorados los han ignorado. Víctor Ramírez, uno de los gestores del vuelo directo Atlanta-Santo Domingo de la aerolínea Delta, lamenta la falta de receptividad y la apatía con que “todos los gobiernos” han reaccionado a las gestiones orientadas en ese sentido por la asociación que dirige desde su fundación, en el 1998.  Recuerda que el propio presidente Leonel Fernández pudo palpar el dinamismo de la comunidad, cuando en 1997 asistió aquí a la inauguración de la Alianza Atlanta-Salcedo, un amplio programa de cooperación auspiciado por la Alcaldía de Atlanta.

También durante el gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004) se tocaron, en vano, las puertas del Estado. El más reciente –y tal vez más decepcionante- de los infructuosos contactos con el Estado tuvo lugar en 2005, cuando el canciller Carlos Morales Troncoso recibió en su despacho a Ramírez, gracias a gestiones de la ex vicealcaldesa de la capital dominicana, Alexandra Izquierdo. “El canciller fue muy receptivo y nos dijo que iba a estudiar nuestra petición de que el Gobierno tomara la iniciativa de promover a su comunidad y el comercio con Georgia a través de una oficina consular, comercial o de turismo, pero hasta ahora no ha sucedido nada”.

Ramírez atribuye a una “falta de visión” los continuos desaires del Estado ante lo que define como un legítimo reclamo de la comunidad. “El fallo de nosotros fue quizás no haber plasmado por escrito” lo dialogado con el canciller, “quizás por eso no se le dio ningún tipo de seguimiento”, apunta el único dominicano que ha sido declarado “ciudadano distinguido” por el estado de Georgia.

Comunitarios

Ramón Ellis
Representante consulado de Miami
“Uno de los mayores problemas de la comunidad es que el 70% de los dominicanos no habla inglés, apenas pueden escribir su nombre; y por eso, muchos mayores de edad han venido pero no pueden conseguir empleo”.

Víctor Ramírez
Presidente de la ADI
“El Estado debe tomar en cuenta a quienes realmente conocen la situación y lo que está ocurriendo en Atlanta. Solamente trabajando en coordinación que esa comunidad que reside aquí puede rendir frutos cualquier iniciativa”.

Manuel Galván
Comerciante y dirigente del PRD
“Los dominicanos no están organizados a ningún nivel aquí, distinto a las otras comunidades que tienen cámaras de comercio, asociaciones… El Gobierno no tiene presión para abrir una oficina de la JCE o el consulado”.

Radhamés Fernández
Bodeguero
“El Gobierno debería tener conciencia de la cantidad de dominicanos que vivimos aquí para poner un consulado, porque los servicios de la representación consular son muy limitados”.

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