Cuba y la Cumbre de las Américas

Ver al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, bajar de un avión en suelo cubano y saber que esa visita “relámpago” ha…

Ver al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, bajar de un avión en suelo cubano y saber que esa visita “relámpago” ha sido motivada por los aprestos organizativos de la Sexta Cumbre de las Américas que se celebrará en su país los días 14 y 15 de este mes, pero que sobre todo le lleva allí la idea de “dejar contentos a todos” y librarse de cualquier posible sobresalto, es gratificante para los que creemos que hoy por hoy la diplomacia continúa siendo el instrumento más efectivo para que los hombres, como los Estados, puedan entenderse.

Sin embargo, no podemos evitar cierta aprensión porque sabemos que, aun cuando siendo pragmáticos entendemos que una visita de esta dimensión en estos momentos hace bien al clima de “tranquilidad” del que disfrutamos en América Latina, se han propiciado las cosas de manera tal que Cuba no pueda asistir de nuevo a esta Cumbre en la que se discutirán asuntos de importancia para la región y que de seguro, cualquier cosa que se decida allí, de manera directa o indirecta y por estar este país enclavado prácticamente en el centro del continente, terminará afectándole positiva o negativamente a la larga.

Desde que en 1994 se realizara la primera Cumbre de las Américas en la Florida, Cuba nunca ha sido invitada como una iniciativa directa de los Estados Unidos quienes aducen que el gobierno de la isla no es democrático y refuerzan su argumento aduciendo que en el 2001, en la Cumbre de Quebec, se estableció taxativamente y por consenso que solo países que actuaran democráticamente podrían participar.

De manera que, el hecho de que Santos visite a Cuba este pasado miércoles, constituiría para nosotros una sorpresa mayor si hubiese llevado la buena nueva de que todos los prejuicios y las retrogradas concepciones sobre las que se basan los poquísimos casos de bloqueos políticos y económicos a países hermanos, no constituiría óbice para que en este caso se diese una plural participación y se permitiera la presencia de Cuba en los importantísimos debates que habrán de tener lugar en Cartagena a partir del 14 de este mes.

Lastimosamente la realidad es otra y las cosas se producen tal y como en nuestro fuero interno sabíamos que sucederían, aun a contrapelo de la decisión de los nueve países de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) de amenazar con no asistir a la Cumbre en respaldo a Cuba que, dicho sea de paso, desde el 2009 le fue levantada la expulsión de la OEA, la cual se había mantenido en vigencia desde 1962 a solicitud expresa de los Estados Unidos.

Es importante recordar que fue en la primera Cumbre de este tipo en Miami en donde los Estados Unidos propusieron su proyecto de desarrollo del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y que, en ese momento y sobre esa plataforma, nacía precisamente este tipo de foro que, ideológicamente tendría a Cuba y a los países del ALBA como contrapeso y oposición.

Al final, esta frase de Henry Kissinger parece retratar de cuerpo completo lo ocurrido con el ALCA y posiblemente podría darnos una idea del porqué Cuba no tendrá un asiento en esta Cumbre: “Ninguna estrategia de política exterior tiene oportunidad de éxito, por ingeniosa que sea, si nace de la mente de unos pocos y su ejecución no está en el corazón de nadie”.

Por lo pronto, Santos y su brillante diplomacia, se libra de una situación difícil y deja en las manos de Panamá, que será el país donde se celebrará la próxima Cumbre de las Américas, como decimos en lenguaje coloquial “la papa caliente”.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas