La RD abre un espacio al cultivo de alcaparra

Cabeza de Toro, Guayubín.- Manuel Rodríguez Lora se armó de valor, y se arriesgó a cultivar alcaparra, iniciando así el primer cultivo de ese arbusto en República Dominicana y los resultados que está cosechando son excelentes, ocho meses después&#

Cabeza de Toro, Guayubín.- Manuel Rodríguez Lora se armó de valor, y se arriesgó a cultivar alcaparra, iniciando así el primer cultivo de ese arbusto en República Dominicana y los resultados que está cosechando son excelentes, ocho meses después de dar el primer paso.A Rodríguez Lora, médico cirujano de profesión -en retiro- le surgió la idea de embarcarse en la siembra, viendo la literatura y el comportamiento de la alcaparra en otros países. Las plantas fueron traídas de Argentina en abril de 2012, pasaron dos meses en un vivero para que repollaran y echaran hojas y tres meses después fueron llevadas al terreno donde se encuentran actualmente.

En agosto de 2012 se obtuvieron los primeros frutos. En julio de este año 2013 se completará el primer ciclo de las plantaciones que tiene Rodríguez Lora en una finca de 30 tareas. De acuerdo a la evaluación, los números “han cuadrado” y coinciden con los resultados que se obtienen del cultivo en Europa y Argentina. Es decir, que “las cosas han salido como anillo al dedo” con relación a las previsiones originales. La alcaparra la producen también Uruguay y Chile en pequeñas cantidades.

La reproducción de la planta es difícil, se hace por semilla y por esqueje. La variedad que sembró Rodríguez Lora es la AR-1, procedente del norte de Argentina, donde están los creadores y con quienes está asociado. La AR-1 no tiene espinas y es muy arbórea. La mata original (no la referida en este escrito) posee muchas espinas, lo cual dificulta cosecharla. La compañía que el productor tiene de socio se llama Orígenes SRL. En Argentina suele ocurrir que el frío le quema las hojas y los ramos a la alcaparra porque hay temperaturas muy bajas. Eso ocurre entre mayo y agosto. En República Dominicana la planta se comporta diferente, dejando de producir entre octubre y la   primera semana de enero, explica el iniciador del cultivo, ubicado en la provincia Montecristi.

Amante de tierra seca

La alcaparra no requiere agua mientras se cultiva, le hace bien que haya entre 12 y 14 horas de luz y que las temperaturas sean altas. Terrenos áridos como los del sur y los mismos de Montecristi son propicios para cosecharla. Es un arbusto de aproximadamente 1.20 metros, que llega a su adultez a los cinco años, pero a partir de los 30 o 45 días de sembrado genera sus primeras alcaparras. La alcaparra es el capullo floral del arbusto.

Una vez la flor se abre hecha la fruta y pasa a denominarse alcaparrón, que también tiene un importante mercado.
 
Diversidad y uso

La alcaparra, luego de procesada y tratada, se usa básicamente para la cocina, aunque tiene algunas cualidades medicinales. Es decir, que sus principales destinos de consumo son la gastronomía, la industria conservera y la industria farmacéutica por sus propiedades diuréticas, antirreumáticas, antiartríticas, para las vías digestivas, la circulación y el corazón, de acuerdo a estudios científicos.

Es excelente para picaderas. Puede combinarse con carnes y vinos. También se usa para cosmésticos, porque de ellas se obtiene un aceite. La poda de la planta se realiza una vez al año para que repolle.

La media de producción de la variedad sembrada en Cabeza de Toro es de 10 a 15 kilos por planta/año, cuando son adultas. El costo de producción es variado, depende cómo se vea el proyecto.
 
Plantas para los pobres

Uno de los planes del proyecto citado es llevar la producción a la gente pobre, que no tiene de qué vivir.

Manuel Rodríguez Viñas, es hijo de Manuel Rodríguez Lora y lo acompaña minuto a minuto -como su mejor socio- en el tema de las alcaparras. Plantea que querían iniciar el proyecto para familias de pocos recursos. “Por aquí hay muchas familias que tienen entre una y quince tareas donde pudieran producir si consiguen quien les asigne las plantas”, apuntó. Su padre sostiene que gracias al interés mostrado por el presidente Medina en la producción agrícola espera poder ayudar a mucha gente si el Gobierno decide comprarle las plantas para distribuirlas entre pequeños productores.

Siembra

Manuel Rodríguez Lora
productor
“El único enemigo de este cultivo es el agua y el frío. Aquí, afortunadamente ninguno de los dos ataca mucho. La planta tiene la característica de que al mes o mes y medio de usted sembrarla empieza a arrojar resultados. Y esos resultados son positivos”.

Animales no son un peligro para cosechas

La producción de la familia Rodríguez es orgánica, en ella no se usan productos químicos para empujar la cosecha. Las plantas de alcaparra sudan un líquido parecido a la miel, por eso son atractivas para las abejas, sin embargo, al cultivo “no le van” ni las gallinas, ni los chivos, ni los roedores. Esos animales no son una amenaza para la siembra. El productor de alcaparra es miembro de la cooperativa Zafarraya, que tiene 1,200 miembros, de ellos 850 productores activos de distintos rubros.

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