“Manos a los libros”

Manos a los libros, es el lema de la Feria del Libro que iniciará el 21 de abril en Santo Domingo, con una dedicatoria especial a Ecuador.

Manos a los libros, es el lema de la Feria del Libro que iniciará el 21 de abril en Santo Domingo, con una dedicatoria especial a Ecuador.Recientemente visité las instalaciones donde tendrá lugar, y quedé gratamente impresionado con la organización y el entusiasmo que allí reinan.El éxito está asegurado. Más cultura para nuestro pueblo.

Cada Feria del Libro me recuerda al padre Ramón Dubert, quien fue un lector empedernido. Devoraba uno o dos libros por semana. Nos aconsejaba que amáramos la lectura, que ella nos hacía libres, con capacidad para tomar decisiones conscientes, sin las cadenas que nos impone la ignorancia.

Aprendí de ese gran sacerdote que la lectura debe ser una fuente enriquecedora de nuestra condición humana y trascendente, y que si llegara a nuestras manos alguna obra cuyo contenido se apartara de nuestros principios, que la leyéramos si tenía calidad, que no nos encerráramos, y que buscáramos en ella el lado positivo, hasta el grado de que esa lectura fortaleciera más nuestras creencias o las modificara ligeramente, siempre para bien.

Dubert era un creador, que se inspiraba en la fe y en el humanismo cristiano; era el que tomaba la iniciativa para servir a los demás, con una imaginación noble que tarde o temprano transformaba en realidad.

Recuerdo una de sus frases preferidas: “Uno es lo que lee”. La repetía sin cesar, como un terrenal mandamiento. Uno de los primeros autores que me sugirió fue a Unamuno, a quien encontré en mi adolescencia con una sentencia de esas que tienen la autoridad de la cosa irrevocablemente juzgada: “Cuando menos se lee, más daño hace lo que se lee”.

Ahí comprendí que la lectura era un excelente medio para evitar las manipulaciones y la falsedad, porque sólo el conocimiento nos hace pensar con luz propia, ver más allá de las apariencias y forjar un camino que resalte nuestra autenticidad. “Uno es lo que lee”, es verdad.

Es más, hay casos en que hasta un libro olvidado, una pequeña historia, un artículo escondido, un pensamiento ligero o un refrán rescatado por la memoria, marcan para siempre nuestras vidas, y en consecuencia, nuestras conductas.

Una vez le expresé a Dubert, cuando hablábamos de la influencia de la literatura en nuestra personalidad, que “dime lo que lees o escribes y te diré quién eres”. La idea le fascinó y la catalogó como acertada. Así que, amigos lectores, si somos lo que leemos o escribimos, revise su mesita de noche y hasta lo que usted envía por su correo electrónico, para saber, sin ayuda de sicoanalistas, quién realmente es usted.

Y mientras tanto, todos con ánimo a visitar la Feria del Libro.

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