La política crediticia estatal busca línea de asociatividad agrícola

La política de financiamiento agrícola del Gobierno, desde la llegada del presidente Danilo Medina ha marcado rumbo en dos direcciones.

La política de financiamiento agrícola del Gobierno, desde la llegada del presidente Danilo Medina ha marcado rumbo en dos direcciones. Una de ellas orientada a atender a los productores que entran dentro de la categoría de “enanos” y la otra, de paso, está empujando marcadamente a la asociatividad productiva.

Se trata de dos puntos importantes, si se toma en cuenta que, el primero, toca a un segmento históricamente marginado y fuera de los libros de las entidades que prestan dinero, incluso, del propio Estado, mientras que el otro elemento, crea las bases para el desarrollo de unidades de producción a través de clúster, cooperativas y asociaciones. Los productores “enanos” son aquellos que no alcanzan ni siquiera la categoría de pequeños y por tanto carecen de solvencia, de infraestructura y de garantía prendaria e hipotecaria. Algo así como que “usted no reúne ninguna condición para yo prestarle mis cuartos”. Sin embargo, los 27 proyectos y solicitudes que el Gobierno ha financiado a través del Fondo Especial de Desarrollo Agropecuario (FEDA), según el corte de mayo, comprometiendo unos RD$522.4 millones, son un indicativo de que la actual gestión ha puesto el ojo en los cosecheros, los artesanos y los agroindustriales “chiquitos”.  En mayo, el FEDA había desembolsado RD$89.1 millones y las solicitudes formuladas por los interesados en producir (entre las nuevas y las ya financiadas, en el citado mes) sumaban 70, de acuerdo a informaciones oficiales obtenidas por elCaribe.

La revolución que ha dado el Gobierno al FEDA, coloca esa institución en un carril muy parecido al que tuvo muchos años antes, cuando era probablemente un organismo más fuerte que hoy, aunque pertenecía al Banco Agrícola. Fue una época en la que el FEDA manejó, incluso, recursos internacionales que circulaban a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del Banco Mundial y de otras entidades crediticias externas. Luego la atención se fue al Banco Agrícola y a la Secretaría de Agricultura (hoy ministerio) y el FEDA perdió vigencia, limitándose a entregar pollitas, chivas y cerditos. Con el empuje actual, la institución pasa a ser como la caja agraria que funciona en algunos países para atender al pequeñito o enano productor.

Solo no, asociado sí

La política agrícola pública atiende  las solicitudes de grupos organizados y si esos grupos están en proceso de organización, el Estado los fortalece y les asigna un técnico. O sea, que la asistencia es un componente dentro del crédito supervisado. Así lo han manifestado grupos visitados por este periódico. Las áreas de producción que apoya el Gobierno son variadas. Tocan la agroindustrialización, la acuicultura, la lencería, la bisutería, el mercadeo y la producción y comercialización agrícola.

Siempre se trabaja a través de cooperativas y otras formas de organización; los fondos nunca llegan a través de personas individuales. Nunca se hace vía confederaciones, sino con asociaciones de productores. Por ejemplo, si de cacaocultores existe una confederación, no se trabaja con ellos, sino con los distintos bloques que integran la producción de ese rubro. Eso aplica para otras áreas.

El Gobierno ha dejado claro que se trata de un principio para que los recursos lleguen al más pequeño. El Gobierno hace las aprobaciones, pero no deja el dinero para que los productores lo manejen.

Por ejemplo, si los productores tienen la construcción de un almacén o la compra de agroquímicos, en esos casos hacen la cotización y buscan el experto correspondiente. Es ahí cuando las autoridades verifican si lo que se plantea es correcto. Se hace un cruce con técnicos del FEDA, luego se hacen los desembolsos a partir del cronograma fijado. Además, según explicaciones ofrecidas por funcionarios del FEDA, se investiga dónde se consiguen los insumos o materiales más baratos antes de suministrar los recursos para las compras.

Fiducia

El Gobierno ha establecido una modalidad que consiste en entregar los cheques a los productores, pero éstos luego los depositan en una cuenta de un banco de la localidad. Es con un coordinador del FEDA y de la cooperativa o asociación que recibe los fondos que se van autorizando los recursos en base a un cronograma de desembolsos.

Se enseña a gastar bien los recursos otorgados

Para obtener el segundo desembolso, los productores deben presentar facturas y documentos originales que indiquen en qué gastaron los primeros recursos prestados. Si al verificar los primeros fondos entregados faltara dinero, a la asociación se le descuenta esa cantidad de la segunda entrega. Hasta que no presentan las facturaciones, el dinero está frizado. La idea es enseñar a gastar bien y sustentando cada centavo. Dentro de la política de financiamiento el Banco Agrícola y el FEDA actúan de forma complementaria. El banco normalmente financia más la producción y comercialización de arroz.

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