El primer proyecto privado de producción de alcaparra establecido en Montecristi será multiplicado y llevado a otros puntos del país, esta vez de la mano del Gobierno.Según ha sido enterado elCaribe, existe interés en involucrar en el cultivo a productores del propio Montecristi, de Dajabón, Neiba y Azua, entre otros puntos geográficos de República Dominicana con terrenos áridos, aptos para ese arbusto que no requiere agua mientras se cultiva, sino más bien que haya entre 12 y 14 horas de luz y que las temperaturas sean altas. Actualmente hay alrededor de cien personas interesadas en comenzar a cosechar.
La alcaparra es un arbusto de aproximadamente 1.20 metros, que llega a su adultez a los cinco años, pero a partir de los 30 ó 45 días de sembrado genera sus primeras alcaparras. La alcaparra es el capullo floral del arbusto. Una vez esta flor se abre echa la fruta y pasa entonces a denominarse alcaparrón, que tiene un importante mercado a nivel mundial.
El primer proyecto en Palo Alto, Montecristi, es de Manuel Rodríguez Lora, un médico cirujano en retiro, y ha generado excelentes resultados desde agosto de 2012. El ministro de Agricultura, Luis Ramón Rodríguez, consultado sobre la posibilidad de que familias de escasos recursos económicos que poseen pequeños predios se involucren en la siembra, se mostró optimista.
Y ese optimismo lo tiene también el director ejecutivo del Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (Feda), Antonio López, quien informó que, incluso, en Montecristi hay un grupo de productores que probablemente el Gobierno financiará. La producción de alcaparra atrae el interés del presidente de la República, Danilo Medina, si se toma en cuenta que precisamente vio “con buenos ojos” la primera iniciativa que tuvo Manuel Rodríguez Lora, cuando el mandatario se enteró del tema en una de sus visitas sorpresa, en este caso.
Para apoyar a los interesados en cosechar alcaparra el Feda ha pedido que se forme una asociación de productores, porque como política de Estado no se presta a personas de manera individual, sino a cooperativas, asociaciones o clúster. Por eso, desde la próxima semana un grupo de personas se pondrá en esa “onda”, dijo Manuel Rodríguez Viñas, hijo de Manuel Rodríguez Lora y principal socio de éste en el proyecto de Palo Alto.
La primera autorización, “si las cosas cuajan” como se prevé, será por 75 mil plantas de alcaparra para unas 500 tareas, pero esas plantas no saldrán de la finca de Rodríguez Lora, sino que vendrán de Argentina. Y vendrán de ahí por lo siguiente: El Gobierno ha propuesto que la multiplicación se haga in vitro en uno laboratorio de La Vega, pero de esa forma habría que esperar unos dos años y el interés es expandir la producción lo antes posible a otros puntos. “Por eso, en lo que hacemos ese proceso de reproducir las plantas en República Dominicana, vamos a cubrir ese espacio trayéndolas de Argentina”, plantea Manuel Rodríguez Viñas. Si las plantas se traen del extranjero, como sugiere, en dos o tres meses estarían colocándose en los suelos áridos del sur y de otras partes del Noroeste.
Hay demanda en Estados Unidos y Puerto Rico
La reproducción de la alcaparra no es una tarea muy fácil, pero quienes logren involucrarse en la actividad lo harán quizás en el mejor momento. Ese rubro tiene actualmente una alta demanda en Puerto Rico, Estados Unidos y en Argentina. De este último lugar llegaron las plantas que existen en el país. La reproducción se hace por semilla y por esqueje. La variedad que cultivó Rodríguez Lora es la AR-1, que no tiene espinas y es muy arbórea.
