Elaboración, selección y uso de los textos

(II de II) Para su elaboración se contratan profesionales que tengan conocimientos disciplinares y pedagógicos de acuerdo a los requerimientos del empleador (editora) que previamente ha recogido los lineamientos del Ministerio…

(II de II)

Para su elaboración se contratan profesionales que tengan conocimientos disciplinares y pedagógicos de acuerdo a los requerimientos del empleador (editora) que previamente ha recogido los lineamientos del Ministerio de Educación como organismo que diseña el currículum. Un texto bien escrito, se asume que tiene informaciones relevantes, imprescindibles y bien organizadas para la construcción del conocimiento por parte del alumno. Recordemos que de información dispersa y variada están saturados los estudiantes. Ayudarlos a discernir y a organizar esos contenidos es la función principal de la escuela. A esto debe responder un libro de texto.

Elaborado el texto, comienza el proceso de mercadearlo. Su costo dependerá de los materiales de impresión y los márgenes de beneficios que establezcan sus empresas. Pocas veces el Ministerio compra textos a las editoras.
Generalmente, elabora e imprime los textos que pone a disposición de los centros educativos y de los  estudiantes gratuitamente. El mismo sistema tiene establecido cuáles son los básicos y cuáles los complementarios.

Como todo proceso mercadológico, las editoras organizan actividades y visitan los directores y propietarios de centros privados; estos a su vez, junto a sus profesores -ojalá sea así- deciden si responden a sus necesidades y los recomiendan a los padres para la compra.

En conclusión, este es un debate de libre comercio, de oferta y demanda; innecesario si el Estado garantizara el derecho a la educación como está establecido en la Constitución: “…integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, …educación pública y gratuita… servicios públicos de radio, televisión y redes de bibliotecas y de informática…”. Si esto se cumpliera, los centros privados y las editoras tendrían otra función y otros debates fuera de los libros de textos. Por ejemplo: actividades complementarias al currículum, obras literarias, lúdicas y demás. Cada año el debate termina cuando el Ministerio dice: “Si no pueden pagar el colegio y comprar los libros asignados, inscríbanlos en una escuela pública”.

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