Bajos salarios limitan la Seguridad Social y el crédito para vivienda

La baja estructura salarial del mercado laboral dominicano limita las dos áreas básicas de la seguridad social, restringe el papel del ingreso en la dinámica del consumo y la inversión, y dificulta a los trabajadores el acceso a una vivienda.

La baja estructura salarial del mercado laboral dominicano limita las dos áreas básicas de la seguridad social, restringe el papel del ingreso en la dinámica del consumo y la inversión, y dificulta a los trabajadores el acceso a una vivienda.

A esas conclusiones se llega cuando se analizan los argumentos que emiten economistas y entendidos en materia de pensiones y servicios médicos.

En el área de la Seguridad Social, los bajos salarios limitan las coberturas de pensiones y servicios médicos, y en la macroeconomía, el poder de las remuneraciones como mecanismo de incentivo al consumo, es muy limitado, según los planteamientos de los entendidos.

Como medio para impulsar la demanda de bienes duraderos,  un estudio de Ciudad Alternativa cita que el 80% de los trabajadores dominicanos no califica para obtener una vivienda, por la baja remuneración que perciben.

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Según estadísticas del Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS), el 70% de los cotizantes para pensiones es menor de 45 años y el 80% de los que cotizan, devengan salarios igual o por debajo de tres salarios mínimos nacionales (RD$25,935). Esos parámetros retratan un sistema de pensiones sustentado en una masa laboral joven, y una base salarial deprimida.

El resultado de esa combinación es que el modelo previsional dominicano es propicio para acumular, pero frágil para acumular montos para una pensión o retiro bien remunerada.

Ese escenario limita la acumulación suficiente de recursos para que los empleados, una vez hayan cumplido el requisito de 250 ó 360 cuotas, según sea el caso, puedan retirarse con una pensión adecuada.

El sistema previsional creado por la Ley 87-01, de Seguridad Social, establece un régimen de pensión de capitalización individual, lo que implica que el asalariado se pensionará en base a los recursos que al momento de su retiro, tenga en su cuenta. Esos recursos se generan en base al aporte que hace el propio empleado, un 3% de su salario, la contribución que hace el empleador, que es un 7% del salario, más el rendimiento que de esos montos ahorrados obtenga la administradora de fondos de pensión en la cual esté afiliado el trabajador.

También, en el ámbito de la Seguridad Social, la baja estructura salarial limita o restringe la cobertura del seguro de salud. Los aportes para ese servicio se hacen sobre la base salarial y los aportes del empleado y el empleador son, en porcentajes, similares a los de la pensión.

Por ese límite que impone el bajo nivel salarial del mercado laboral dominicano, hay aspectos del seguro médico que tienen montos reducidos.

El copago anda entre RD$500 y RD$1,000. Además, la cobertura para medicina ambulatoria, de RD$3,000 al año, no cubre el costo de medicamentos de un trabajador hipertenso. Las administradoras de riesgos de salud (ARS) argumentan que esa cobertura está dada por la baja base salarial, y que para aumentar los servicios de salud necesariamente habría que incrementar los aportes que hacen empleados y empleadores.

El mayor empleador del país, el Gobierno, no escapa de la situación. Según cifras del Ministerio de Administración Pública, el 80% de los empleados del Gobierno Central devenga el sueldo mínimo estatal, que es de RD$5,117, nivel vigente desde el año 2009. En el sector privado, hay varios niveles de salarios mínimos en el área no sectorizada. El más bajo es de RD$6,880 y mayor de RD$11,292.00.

La República Dominicana figura como uno de los países de la región con más bajo salario mínimo. Un reciente informe del Banco Mundial sitúa al país por debajo de Haití, Nicaragua y Bolivia entre los países que más bajos salarios mínimos pagan en América Latina, sólo superada por México. El informe estableció que en México se paga un salario mínimo de 166 dólares, en República Dominicana de 231 dólares, en Haití de 238 dólares, en Bolivia de 243 dólares y en Nicaragua de 252.

En el país se ha estado debatiendo el tema del bajo salario y su poca contribución al crecimiento económico a través del consumo, y el Banco Central ha planteado que esa situación contribuye a la informalidad de la economía.

También ha criticado la poca retribución de la riqueza nacional entre quienes la producen, que son los trabajadores.

El pasado miércoles el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, dijo que el mercado informal ha ido creciendo en el país “porque los salarios se han mantenido prácticamente estancados” y que “se corrigen apenas por la inflación y cuando usted corrige por inflación está dejando el salario igual y no mejora la capacidad adquisitiva del mismo”.

El presidente Danilo Medina ha hecho varios pronunciamientos criticando los bajos salarios que se pagan en el país, y en el más reciente dijo que con RD$10,000 al mes una familia no puede vivir. Cuando se discutía el alza del salario mínimo en el 2013 también habló del tema. l

Condenados a ser inquilinos de por vida

Un estudio realizado por el Observatorio de Ciudad Alternativa, cita las limitaciones que tienen los trabajadores dominicanos para tener acceso a una vivienda. Dice que el Reglamento General para las Cuentas de Ahorro Programado para la Adquisición de Viviendas de Bajo Costo establece como requisitos para optar por un crédito de vivienda, que el candidato sea asalariado, contribuya al Sistema Dominicano de Pensiones y que sus ingresos individuales o del núcleo familiar sean de al menos tres salarios mínimos cotizables (RD$8,645).

El ingreso  exigido equivale a RD$25,935. El 80% de los asalariados del sector formal está por debajo de esos requisitos y el 60% de la clase trabajadora pertenece al sector informal, por lo que no aplican para el  fideicomiso necesario para obtener el crédito hipotecario,  expone el estudio,que resalta que el crédito hipotecario  es limitado a la clase media.

2.94%
De las familias dominicanas cuenta con préstamos para viviendas, según un estudio de Ciudad Alternativa.

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