Nacionalismos en la aldea global

En estos días en que las poses nacionalistas alimentan extrañas ideas sobre independencia y soberanía, viene al caso el impacto del conflicto Rusia-Ucrania en nuestra economía para recodar que las prédica de autarquía y las tentaciones de exclusión

En estos días en que las poses nacionalistas alimentan extrañas ideas sobre independencia y soberanía, viene al caso el impacto del conflicto Rusia-Ucrania en nuestra economía para recodar que las prédica de autarquía y las tentaciones de exclusión de la comunidad internacional, están fuera de lugar en tiempos de globalización y creciente interdependencia, en que si pinchas del otro lado de la tierra se siente el dolor aquí, aunque al parecer no exista relación.  

Hasta hace 10 años nuestro intercambio económico con Rusia era imperceptible y las relaciones con Ucrania inexistentes. La irrupción del turismo revolucionó nuestro vínculo ruso. En el 2000 llegaron al país 4.3 mil turistas procedentes ese país, principalmente por Francia y España, pero las complicaciones para viajar a República Dominicana desinflaron ese mercado. El primer vuelo Moscú-Punta Cana vino en el 2003. A partir de ese momento las llegadas han crecido contantemente, y en el período 2000-2013 el aumento promedio anual fue de 33.5%.

Rusia ingresó en un corto período a la lista de nuestros 10 principales mercados turísticos y pronto se colocó en el quinto puesto detrás de Estados Unidos, Canadá, Francia y Alemania, desplazando a España, Italia e Inglaterra. En el 2011 recibimos 120,752 rusos, al siguiente 163,157 y el año pasado 183,965, el 17% de los turistas europeos, lo que reportó un crecimiento del 13%, el segundo más alto de los grandes mercados, sólo superado por Alemania con un 16%.

Al final de la pasada década y en el inicio de la actual, el crecimiento del mercado ruso fue uno de los factores de mayor incidencia en los resultados positivos anuales del turismo europeo. En los últimos cinco años la presencia rusa fue impactante, principalmente en Punta Cana, donde se manifestó en el paisaje que se ha poblado de vallas publicitarias de todos los tamaños con publicidad en ese idioma.

Este año inició con un crecimiento del 9% en enero, 11% en febrero, 6% en marzo, decrecimiento en abril, 7% en mayo, 14% en junio, 4% en julio y decrecimiento de agosto. Para el período enero-agosto se reporta un 7% de incremento, una notable desaceleración, provocada la crisis económica rusa que se expresa en una devaluación del rublo, que reduce el poder adquisitivo y las secuelas de la crisis por el conflicto Rusia-Ucrania.

En el período 2010-2011 el turismo ruso hacia Europa logró un aumento medio anual del 39%, y para el 2014 se proyectó un 20%, pero en el primer semestre sólo se ha registrado un 3%. El problema ruso es principalmente con Europa y Estados Unidos, pero nos afecta a nosotros a pesar de no tener vela en ese entierro, porque así es la aldea global en que vivimos hoy.

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