Efectos de la obesidad en los órganos internos

En todo el mundo, incluyendo la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad se determina por el Índice de Masa Corporal (BMI); por medios tan elementales como la balanza y la cinta métrica (para medir la circunferencia abdominal), podemos&#8230

En todo el mundo, incluyendo la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad se determina por el Índice de Masa Corporal (BMI); por medios tan elementales como la balanza y la cinta métrica (para medir la circunferencia abdominal), podemos saber si somos obesos. La alta tasa de prevalencia de la obesidad en todo el mundo es de gran preocupación para la comunidad médica internacional, no solo por lo que representa para la gente desde el punto estético (pérdida de las formas del cuerpo, abultamiento del abdomen, los chichos y la celulitis), sino en términos biológicos, socio económico y psicológico, por lo que significan las serias complicaciones derivadas del exceso de peso.

La obesidad penetra en el interior de los tejidos de los principales órganos del cuerpo. La elevación de los lípidos (colesterol y triglicéridos) origina la formación de placas en las arterias coronarias y del cerebro que provocan el bloqueo de la circulación, desencadenando, respectivamente, infartos cardíacos y trombosis cerebral.

La acumulación de grasa en la pared abdominal se puede extender a la caja torácica limitando la expansión de los pulmones durante la respiración. Esto empeora durante la noche cuando el paciente está acostado, pudiendo causar apnea (paro momentáneo de la respiración durante el sueño). Los músculos rectos de la pared abdominal también se sobrecargan de grasa en la obesidad.

El hígado se infiltra de grasa en las personas obesas, constituyendo lo que se conoce como hígado graso o “esteatosis hepática”, presente en el 76% de los individuos obesos, que puede evolucionar a la formación de tejido fibroso y eventualmente a la cirrosis hepática.

Los obesos tienen mayor riesgo a sufrir de diabetes en la cual está principalmente afectado el páncreas. Los altos niveles de grasa circulante en la sangre pueden también bloquear las arterias renales causando hipertensión arterial y otros efectos, aun no bien explicados, sobre el riñón.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas