Muchos que fueron beneficiarios en grande de José Francisco Peña Gómez, que escalaron posiciones políticas, sociales y económicas bajo su sombra, y que –en una palabra- son quienes y lo que son hoy gracias al fallecido líder perredeísta, ya ni siquiera lo recuerdan ni honran en modo alguno su memoria. Por eso, hay que sacarle su comida a parte al general ® Jorge Radhamés Zorrilla Ozuna, de quien Peña Gómez fue gran y buen amigo, por su iniciativa de recordarlo y honrarlo en diversas formas y actividades, la última de las cuales fue una emotiva y masiva reunión que tuvo lugar ayer en el club Los Prados, de la que mi colega y mejor amigo José Vicente Calderón me hace llegar una buena reseña en la que relata que Zorrilla Ozuna, al pronunciar un discurso en ese acto, lamentó que a raíz de la desaparición física de Peña Gómez, “una gran parte de sus discípulos perdieron el rumbo, cayendo en el error de defender intereses grupales y personales, dejando de lado los principios doctrinarios, provocando que una avalancha de peñagomistas desorientados se dispersara y fuera a parar a múltiples agrupaciones políticas”, proclamando que “se necesita de la unión de todos los que en el país siguieron a Peña Gómez de corazón, a fin de crear un gran movimiento que luche para sacar a la mayoría de los dominicanos del estado de desigualdad, miseria e inseguridad en que se encuentran”. Ojalá se escuche su mensaje…
QEPD
En las últimas semanas fallecieron, por separado, dos buenos amigos: Carlos Cepeda y Andrés Moreta Damirón (Papito). El primero, buen y culto periodista como pocos, del staff de mis tiempos en el desaparecido vespertino Ultima Hora, murió en la indigencia en Santiago, mientras Papito Moreta Damirón, un gran amigo de verdad, que hacía suyos los problemas de los demás y que no amasó fortuna personal pese a las oportunidades, por su gran vocación de servir, falleció en la capital. Qué Dios acoja a ambos en el descanso eterno y le dé resignación a sus deudos…
