Lamento

Ayer la tragedia por un accidente de tránsito enlutó una barriada del Distrito Nacional. Cinco muchachos de Cristo Rey celebraban con alcohol durante la noche del sábado y ya en la madrugada decidieron continuar en Boca Chica. Dolorosamente, no…

Ayer la tragedia por un accidente de tránsito enlutó una barriada del Distrito Nacional. Cinco muchachos de Cristo Rey celebraban con alcohol durante la noche del sábado y ya en la madrugada decidieron continuar en Boca Chica. Dolorosamente, no llegaron, en el kilómetro 17 de la autopista Las Américas el conductor del vehículo en que se trasladaban perdió el control y se estrellaron.
Sus familiares y amigos lloran desconsoladamente. Nos duele a todos. Jóvenes con edades entre 20 y 30 años, dos jovencitas y tres varones que apenas comenzaban a vivir. Eran seis, uno sobrevivió.

En esa tragedia debemos vernos todos. No sólo los jóvenes, sino todas aquellas personas que caminan o circulan por las calles y carreteras, expuestas a toda clase de riesgo, en este caso, potenciales víctimas de un accidente.

No debemos olvidar que la República Dominicana encabeza la triste lista de los países de mayor siniestralidad en el tránsito. Y en consecuencia, a causa de ello estamos entre los más inseguros para transitar por las carreteras. Algunos países hacen la advertencia a sus ciudadanos si nos escogen como destino.

El sábado, durante una jornada desplegada por la Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet), se instruía a los transportistas de pasajeros acerca de la responsabilidad que tienen a cargo, toda vez que no sólo arriesgan sus vidas como choferes, sino las de decenas de personas que trasladan hacia sus destinos.

Hemos insistido en que la principal causa de los accidentes reside en la baja comprensión de lo que entraña conducir un vehículo de motor, que mal llevado se convierte en un arma mortal.

Ahora que estamos en un período muy especial, las fiestas de Navidad y de fin de año. La gente tiende a acelerarse, a hacer lo que no acostumbra y comete excesos.
Las autoridades montan sus operativos de prevención, pero de nada vale si las personas no asumen sus responsabilidades. Pueden como lo han hecho sacar de las carreteras los vehículos pesados el 24, el 25, el 31 de diciembre y el 1ro. de enero, pero las tragedias no se evitarán si no ponemos de nuestra parte.

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