Sé de la importancia que tiene la organización Águilas Cibaeñas para el béisbol dominicano. Sé que su gran fanaticada probablemente es sólo superada por la de los Tigres del Licey. Sé de sus veinte coronas y también de la enorme lista de legendarios jugadores que han pasado por sus filas desde su fundación en 1937.
Sé de Chilote, de Peña y de Diloné. Vi a Luis Polonia jugar y batear como nadie. He tenido el placer de conocer, ver y escuchar a don Mendy, a los dilectos y siempre afables Kevin Cabral y Roling Fermín, también al pintoresco y genial Santana Martínez.
En fin, sé de las Águilas y su importancia, insisto. Pero creo fielmente que todos los que actualmente componen esa organización deben saber que se está jugando una Serie Final entre dos organizaciones que también forman parte de la Liga Dominicana de Béisbol (Lidom).
Hay que ser elegante hasta en la derrota. El espacio ahora le pertenece a los Gigantes del Cibao y a las Estrellas Orientales y no es justo que ninguna otra franquicia empañe su brillo ganado en buena lid.
Las controversias, renuncias, declaraciones, contrataciones, opiniones, entrevistas, rumores, discusiones, pujas, chismes, entiendo, pueden esperar. Todo tiene su tiempo, como reza La Biblia, y como han hecho Licey, Estrellas y Escogido, que han guardado silencio aún cuando todos sabemos que existen cosas pendientes.
Hay que hacer un pacto de caballero ahí adentro, que nada entre, que nada salga. Sé que los medios están para hacer su trabajo, pero si usted no me dice, yo no puedo decir o publicar. Sencillo.
Los casos post descalificación, llámese Juan Francisco, Luis Polonia, entre otros, han sido totalmente innecesarios. Las declaraciones del gerente general, Stanley Javier, para mí, llegaron en el momento. Después de ahí todo lo que ha llegado pudo haber esperado por el bien y el brillo de la Serie Final.
Polonia tiene su nicho bien ganado en esta liga y él debe saber que cuanto diga será siempre tomado con una importancia capital, máxime si se trata de una renuncia poco amistosa. Siempre habrá un octubre, dice una frase peloterística dominicana, así que ‘Silencio: se juega una final’.
