“Me gusta representar la vida cotidiana de mi familia”

Rafael es un artista de gran talento y sensibilidad, que un día, hizo sus maletas para continuar su sueños en otras tierras, y que ahora, vuelve al país con una propuesta artística de elevada calidad titulada “Estaciones Nómadas”, una mezcolanza&

Rafael es un artista de gran talento y sensibilidad, que un día, hizo sus maletas para continuar su sueños en otras tierras, y que ahora, vuelve al país con una propuesta artística de elevada calidad titulada “Estaciones Nómadas”, una mezcolanza entre la pintura y el dibujo; un tránsito entre París, Berlín y Alemania, tres capitales disímiles que estimularon con su esplendor los lienzos del pintor y diplomático dominicano. En su proyecto individual, “Estaciones Nómadas”, el artista presenta un conjunto expositivo cargado de colores y formas. Concepción afirma que para recrear la historia en la pintura, se necesita realizar una investigación tediosa de archivos y documentos, algo que afirma no es tarea fácil, pero que bien vale la pena intentar. 

Después de muchos años sin exponer, ni residir en el país, ¿cómo fue el proceso creativo de “Estaciones Nómadas”?
El proceso se construyó solo, influenciado por los espacios donde he transitado. Esos cambios se reflejan en el conjunto expositivo que presento con los motivos, los colores y la factura de las obras. Ha sido un proceso largo, donde he tenido que aprender a compartir mi oficio artístico con mis responsabilidades en el servicio exterior dominicano.

Su obra se destaca por poseer colores vivos y, en ocasiones, nostálgicos, además de la diversidad de formas geométricas, ¿qué desea transmitir a través de la misma?
Recrear las experiencias cotidianas que me resultan interesantes y, sobre todo, contar historias intemporales. Recrear la historia en la pintura necesita una investigación tediosa de archivos, documentos, memoria oral…, y estos elementos, cuando son conjugados en dos dimensiones tienden a transmitir cierta nostalgia, algo que busco deliberadamente en mis composiciones. Es imposible para mí desentenderme de la luz del trópico, aun viviendo en las más extremas condiciones climáticas. La geometría, en mis obras, es un componente esencial del estilo compositivo que practico desde hace muchos años.

¿Cómo se acoplaron su visión emotiva, sentimental, de una ciudad donde están sus raíces y su gente, con la perspectiva europea, con el distanciamiento propio que esto conlleva?
Lo más duro ha sido la dificultad de acción que la distancia me ha impuesto respecto al circuito artístico dominicano. Extraño mucho exponer con mis admirados colegas dominicanos, participar regularmente en colectivas y otros eventos. En París, continué trabajando con los temas de mi última exposición individual en 2004 (Galería El espacio), pero, tuve la fortuna de encontrar excelentes artistas franceses que me ayudaron a integrarme, de cierta manera, en lo que puedo llamar un grupo. Por razones profesionales, hablo español diariamente y con las redes sociales, para bien y para mal, me ayudan a mantener comunicación con lo que transcurre en el país.

¿Cómo se vive del arte? ¿Cuáles son las claves para ser artista en el escenario actual, local e internacional?
En mi opinión, el esfuerzo del trabajo permanente es necesario; estar abierto a las críticas, aceptar que la competencia es un estímulo y no un calvario, visitar exposiciones y, no dejarse desanimar ni impresionar por los comentarios negativos de la gente. Ser auténtico, provocador y crítico. Además, intentar preparar proyectos bien estructurados y directos. Igualmente, identificar los espacios en donde tu obra pueda tener receptividad.

¿Cómo definiría técnicamente su trabajo?
Mi pintura es ecléctica, aunque muchos críticos la han definido como “surrealismo tropical”, “figuración narrativa” o “figuración fantástica”. La doctora Maja Horn (profesora de estudios latinoamericanos de la Universidad de Columbia), describe mi obra como “post-migratoria”, y yo estoy de acuerdo con esa definición. Técnicamente es una pintura que se basa en composiciones simples, narraciones divertidas con una rigurosa obsesión por la técnica y los detalles.

En algunas de sus obras hace énfasis en períodos históricos. ¿Cree que el arte es una buena herramienta de reflexión?
Me fascina la historia desde temprana edad, la aplico permanentemente en mis motivos y a veces la transformo o exagero. Ahora bien, la pintura que se basa en hechos históricos intemporales estimula al pensamiento, invita a la meditación, a revisarnos como seres humanos y tener nuestra propia visión del mundo.

¿Cómo prefiere trabajar? ¿Partiendo de la emoción o de modelos?
Mi obra no es emotiva, porque se basa en un proceso de construcción y análisis de los temas, por eso pinto varias obras al mismo tiempo para poder conservar claras mis ideas y lo que quiero comunicar. Hago bocetos, maquetas, collages y otras cosas que sí son ejercicios emocionales intensos. Respecto a los modelos puedo decirte que toda mi vida me la he pasado pintando a extraños y a la gente cercana a mí. A veces, cuando necesito un modelo particular me voy a un café a dibujar, hasta que encuentro la persona con la figura que necesito, me gusta representar la vida cotidiana de mi familia.

Reflexión
El esfuerzo del trabajo permanente es necesario; estar abierto a las críticas y aceptar que la competencia es un estímulo y no un calvario”.

Evaluación
Mi pintura es ecléctica, aunque muchos críticos la han definido como “surrealismo tropical”, “figuración narrativa” o “figuración fantástica”.

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