Cuando el 21 de enero de 2013 el presidente Danilo Medina ejecutó aquel famoso salto sobre un charco, en uno de los campos de la República, nadie imaginaba que estaba inaugurando una nueva forma de gobernar. A lo sumo, algunos vimos que se estaba exponiendo demasiado. Ya habíamos observado imágenes atrevidas enviadas a los medios sobre esas visitas rurales que vinieron a ser “sorpresa”. Pasaba sobre un canal utilizando una estrecha tabla que servía de “puente” a lugareños; recorría predios agrícolas agachándose, a través de alambradas. En fin, el hombre estaba rompiendo convenciones sobre el ejercicio del poder.
Se abría un nuevo capítulo. Una nueva forma de gobernar, de gobernanza. ¿Y qué es la gobernanza? El Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia Española, en su vigésima segunda edición de 2001, la define así:
“Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía”.
El accionar de las visitas sorpresa puede ser etiquetado como una expresión de populismo, del típico presidencialismo. Podría ser. Pero habría que reconocer que ha roto el esquema que caracteriza esa manera de hacer política.
El Presidente ha convertido en una gestión de gobierno esa relación con la sociedad, al nivel más sencillo de los ciudadanos, principalmente, cultivadores, productores y criadores rurales.
No regala nada. Estimula el acceso al crédito. El crédito no llega a personas individuales. Los beneficiarios deben estar asociados. En consecuencia, también estimula la asociación y el empoderamiento.
Delante y detrás hay una estructura de gobierno que prepara el terreno, levanta información, la procesa y se propicia la toma de decisiones. Viene el acompañamiento y el crédito. Meses después, la generación de empleos. El gobierno se libera de un alto porcentaje de potenciales “botellas”.
¿Cómo el Presidente y sus colaboradores construyeron el modelo? Sólo ellos lo saben. Mientras tanto, esas visitas constituyen su primer factor de popularidad.
Asimismo, el arquetipo ha sido objeto de comentarios entre estadistas. Ya una misión de Panamá vino a ver, a saber cómo es la cosa.
¿Exportamos gobernanza?
