La situación electoral del PLD, color de hormiga sin necesidad

No hay página en la prensa ni espacio en los demás medios de comunicación que no se haya convertido en eco permanente de un difícil match electoral. Leonel o Danilo; Leonel y Danilo. Esto último, el sueño de los peledeístas fundadores; lo primero&#

No hay página en la prensa ni espacio en los demás medios de comunicación que no se haya convertido en eco permanente de un difícil match electoral. Leonel o Danilo; Leonel y Danilo. Esto último, el sueño de los peledeístas fundadores; lo primero la consigna de combate de parciales a quienes les importa un bledo un partido al cual se han uncido con propósitos que dan vergüenza y asco reconocer. ¿De qué manera puede entenderse que nadie, para ser diputado, deba invertir una suma jamás menor de cincuenta millones de pesos?… ¡Por Dios!, ¿y cuánto es que un diputado piensa ganar?

Lo sabio hubiese sido haber reconocido que el tiempo que corre es de Danilo, y con razón. Sin menospreciar la obra y el carácter de su predecesor en el cargo, bastó un cambio en las formas y la operatividad de una gestión para enamorar con base a la mayoría del país. Sin restar solemnidad alguna al cargo, ejemplos “baladíes” como el de la puntualidad (si hacemos comparaciones, muy irritante, por cierto), en el mismo paquete que otros de gran trascendencia como el de la cercanía de un presidente con su pueblo, han levantado la moral de la gente común que esperó en vano durante sus vidas para ver materializado el sueño de tener ante sus ojos a un presidente próximo, a un presidente real, a un primer mandatario de carne y hueso que no sólo escucha sino que está dispuesto a actuar.

Luego de doce años de ejercicio presidencial (cuatro de entrada y ocho después), ¿cómo no iba a producirse un desgaste? Danilo, con el genio práctico que lo hace un maestro de la táctica política, giró en otras direcciones con un resultado de enormes ganancias en su crédito público. Primero se impuso a la peligrosísima trampa (mortal) del déficit fiscal. Nuestra economía no produce aún los beneficios públicos que consientan la equidad, lo que es urgentísimo solucionar. Pero la agenda de gobernar se ha enfrascado en el tema indispensable de la educación, eje fundamental. El tema de la soberanía ha dado por frutos una situación agridulce, más agria que dulce, dado el hecho de que la migración haitiana hace tiempo se ha desbordado, y la misma logró por maniobras espurias de los gobiernos haitianos, los verdaderos y más crueles enemigos de su propio país, que los líderes de una comunidad internacional se hayan puesto de acuerdo para arrojar la ominosa carga de su grave problema nada menos que a nosotros, otro pobre país.

Habría que decir muchísimo más, en el renglón de la salud (con todavía tristes lagunas), en obras públicas y nuestro eje vial. Pero lo elemental en Danilo es que con lo poco que le ha concedido la suerte, hasta se logró abonar gracias a una situación especial, una cifra de dinero significativa que hace descender nuestra deuda nacional.

Lo expresado explica muy por encima el alud favorable que responde a una tarea de gobernar. ¿El Dr. Leonel Fernández Reyna, con lo inteligente y habilidoso que es, ha sido incapaz de percatarse de ello?… Si el PLD fuera lo primero, mi cuestionamiento tuviera alguna razón. Pero el PLD dejó hace mucho tiempo de ser lo que era para convertirse, penosamente, en una agrupación diametralmente distinta de lo que alguna vez fue. Pobre Juan Bosch. Nadie va a echar un voto en ninguna parte a favor de Funglode, en cambio, por el PLD sí.

Si Leonel Fernández se hubiera dicho antes de que él o cualquiera me lo pida, apoyaré sin reserva alguna a Danilo, quien en su momento (pues hay que decirlo) hizo tanto por mí, se hubiese hecho acreedor de un porcentaje de aceptación pública muy significativo gracias al mérito incuestionable de la actual administración. Ponerse al lado de los deseos y aspiraciones del pueblo, en política, siempre va a ser la mejor elección.

Políticamente ambos son jóvenes. Con un partido que ha logrado mantenerse en alza ¿qué importancia puede tener uno y hasta dos períodos más? Es algo, repito, que en buena lid Danilo Medina se ha ganado, y como lo que de veras importa es que el PLD continúe su obra de progreso en términos nacionales, el candidato que debe apuntalarse es aquel que permita ganar sin riesgos ni apuros, pues la situación electoral del PLD es inmejorable, siempre y cuando no se produzca la fatalidad de una escisión.

Quizás el factor que se ha convertido en problema es la torpeza (y en algunos casos perversidad) de la periferia de ambos líderes, que se han enfrentado de cara al público en una contienda que da más motivos de vergüenza que de dolor.

Es absurdo sostener que lo de Quirino fuera en modo alguno obra de Danilo Medina, así como lo de Félix Bautista también. Si era menester negociar por las buenas con Leonel Fernández, ¿en qué cabeza cabe que tales agresiones son una buena opción en contra de alguien que debe estar a favor? No se trata de si ha habido razones para ello, eso es asunto y tema de la Justicia. Simplemente, políticamente es un error garrafal, una bochornosa metedura de pata de una parte que debió conservarse al margen de tales acciones en virtud de una estrategia puntual.

Con una mirada atenta, es harto reconocible el litoral de donde vienen tales agresiones. ¿Cuándo se ha movido de su asiento privilegiado un embajador para dar felicitaciones públicas a un Procurador General, metiéndose desde la cabeza hasta las plantas de los pies en un asunto de competencia ajena a lo que debiera por protocolo ser su interés? ¿De dónde regresa el tal Quirino? De Ucrania o las islas Célebes no ha sido, y por lo que sabemos, tampoco va a ser.
Habrá que preguntarse en voz alta qué diablos hizo o pudo hacerle el Dr. Fernández a los yanquis e identificaremos un motivo poderoso que genera una acción. Ni siquiera fue posible que considerara presentarse como candidato a la ONU, ni qué decir a la OEA, ya que el poder fáctico y omnímodo de los USA se hubiese constituido en un valladar infranqueable. En la ONU hubiese sido un secretario memorable. En la OEA, tal vez hubiese logrado hacer servir para algo semejante albañal.

Ahora el escenario nacional se complica con la salida al ruedo de Leonel. Danilo tiene la mayoría en el partido, ya se trate del Comité Político o del Comité Central. Para que no se produzca un desgarramiento de saldos imprevisibles, es menester pactar. Leonel es un activo del país que contra cualquier estimación debe ser preservado. Si confiamos en la prudencia e inmejorables propósitos de Danilo, y en la pericia y el talento demostrado de Leonel, lo único que cabe es ver con frialdad el tiempo que corre y con la mayor grandeza y lucidez, escuchada la voz del pueblo, actuar en consecuencia sin vacilar.

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