En medio de los pesares, llegó una buena noticia que no pudo ser aquilatada, pero que merece atención. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina (Cepal), la República Dominicana termina el 2015 con un desempeño económico exitoso.
Según la Cepal, el período cierra con un crecimiento del 6.6%, algo menor que en 2014, cuando fue de 7.3%, pero marcando una singular diferencia con la media de toda Latinoamérica, donde las grandes economías han crecido moderadamente, en unos casos, o se han mantenido estáticas, como Argentina y Ecuador, o en franco decrecimiento, como en Brasil, que no hace cinco años parecía marcar un nuevo paradigma de crecimiento con disminución de pobreza. Sólo Panamá superó al país.
Varios factores influyeron para que se produjeran estos resultados. Un fuerte dinamismo de la demanda interna y condiciones externas favorables: baja de los precios internacionales del petróleo, el dinamismo de la economía estadounidense, que suele ser una oportunidad para las zonas francas dominicanas, los flujos de remesas, el empuje del turismo y la fuerte inversión extranjera.
Como puede verse, una combinación de factores que en alguna medida se explica en la diversidad que en tiempos modernos caracteriza la economía nacional.
Es oportuno recordar las inquietudes y dudas sobre la economía en años anteriores, determinados por los altos precios del oro y la actividad minera en general. En 2015 la actividad minera decreció y sin embargo la economía encontró otras vías para mantener el dinamismo de los últimos años.
Ese comportamiento estuvo al mismo tiempo signado por una inflación baja, de alrededor de un 3.0%, por debajo de la meta del Banco Central, que fue de 4%, lo que se refleja en una razonable pérdida del valor del peso frente al dólar.
La Cepal certifica que esos resultados implicaron la creación de 155 mil 189 empleos entre enero y octubre. Buenas informaciones que las brumas y los pesares no nos dejan ver como signos de que pese a todas las dificultades, la economía va por buen camino.
Asimismo, los augurios de la Cepal para el 2016 son también halagüeños. Esperemos que sea así.