El Gran Pacto

Varios colegas y amigos me han contactado desde antes del fin de semana recién pasado, requiriendo más detalles de mi señalamiento de que habrá una reunión en las alturas del PLD el próximo sábado, de la cual se me ha adelantado que saldrá…

Varios colegas y amigos me han contactado desde antes del fin de semana recién pasado, requiriendo más detalles de mi señalamiento de que habrá una reunión en las alturas del PLD el próximo sábado, de la cual se me ha adelantado que saldrá un gran pacto en base al cual tomará al día siguiente, es decir, el domingo 19, el poderoso Comité Político del partido morado una histórica decisión que se dice ha de compactar sus fuerzas internas para acudir unido a las elecciones. A todos esos requerimientos he respondido de la misma forma en que lo hicieron conmigo quienes me tienen al día, muy al día, de los movimientos internos que se están produciendo entre peledeístas para el domingo que viene: “Si el CP se pone a una, como se espera y conviene a la familia peledeísta, todos marcharán por una sola ruta: La del Gran Pacto por la unidad y la victoria”. Así pues, que solo nos resta esperar. Falta tan poco ya…

No celebren aún

Tal vez por eso, el presidente Leonel Fernández fue tan enfático en el acto de ayer en el Palacio de los Deportes cuando expresó que los adversarios del PLD que no se froten las manos aún. Es decir, que no celebren todavía. Y es que entre quienes adversan al peledeísmo, hay mucha gente apostando a la división del partido morado, con la esperanza de que así sería fácil derrotarle y sacarle del poder. Se lo he dicho y repito a muchos colegas y amigos: En el PLD hay un sentimiento de unidad de cuerpo. Si sus opositores concentran sus esperanzas de triunfo en su división, en lo que están soñando algunos, podrían despertar con una gran pesadilla…

Víctor Díaz Rúa

Me encontré con mi amigo Víctor Díaz Rúa el pasado jueves, muy alegre, jovial, en buen peso corporal y sin barba. Como tenía varios meses que no lo veía, conservaba su imagen barbudo que le hacía ver más delgado. “Mírame, Leo, no tengo barba ni estoy delgado. Preparado para volver”, me soltó. ¡Ya lo saaabeeen…!

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