“Somos un gran ejército de artistas del alma”

La maestra cubana Norma García llegó hace más de dos décadas al país, a raíz de una solicitud de monseñor Roque Adames a Fidel Castro para crear el Instituto de Cultura y Arte. Vio las necesidades en el campo del ballet clásico en esta ciudad,&#82

La maestra cubana Norma García llegó hace más de dos décadas al país, a raíz de una solicitud de monseñor Roque Adames a Fidel Castro para crear el Instituto de Cultura y Arte. Vio las necesidades en el campo del ballet clásico en esta ciudad, y decidió quedarse en ella para enseñar lo aprendido en el Instituto Superior de Arte de Cuba, donde impartía tres asignaturas y era la jefa del departamento de Ballet del referido instituto . García fundó el Ballet Clásico Santiago en 1994, una escuela de arte para desarrollar el repertorio y el nivel artístico del Instituto de Cultura y Arte, con la que ha hecho muchos aportes a esta ciudad. Hoy día, amplía sus horizontes, creando la Fundación Danzar, con la que pretende fomentar el aprendizaje, la profesionalización y la apreciación del ballet clásico, así como  la danza en sentido general en la República Dominicana.

¿Cómo fueron sus inicios en la danza?
Me inicio en Cuba a los diez años. Siempre me había gustado bailar, salí con una desviación en la columna lumbar, y el médico me mandó a practicar ballet, natación o bicicleta, le dije a mi mamá que obviara natación y bicicleta y le dijera a mi padre que el médico me había mandado a practicar ballet. Abrieron la convocatoria para las primeras becas de la Revolución y fui ganadora del segundo en el escalafón. En aquel momento se comenzó por el reconocimiento físico, me salvé porque no se me hizo el reconocimiento de la columna vertebral, y, bueno…ahí fui graduada del nivel inicial, medio y superior del Instituto Superior de Arte de Cuba, donde era la jefa del Departamento de Ballet de la universidad cuando monseñor Roque Adames me trae, a través de Fidel Castro. Ya tenía una larga trayectoria como bailarina clásica, primero, y después dirigiendo en algunas compañías al frente de bailarines.

¿Por qué decide quedarse en el país?
Vine en noviembre del 1992 a hacer un diagnóstico, tenía otra propuesta en una universidad de Buenos Aires, que no se sabía si se iba a cumplir o no, y me atraía mucho esa propuesta. No pensaba volver aquí, pero nos fuimos de vacaciones a La Habana, y pasó que antes de volver me di cuenta de que aquí había que empezar todo, que aunque había algunos antecedentes era un lugar que necesitaba de un especialista que profundizara en el arte, me fascinó lo que iba a hacer.

¿Existía cultura de ballet para ese entonces?
No, para nada. Había pasado el profesor Armando Villamil, que es una persona respetada y con mucho conocimiento, pero no había hecho una sistematización de la enseñanza. Para poder tener resultados académicos técnicos y después virtuosos hay que tener un aprendizaje con objetivos y programas que cumplir, y eso fue lo que hice, armar objetivos y programas.

¿Cómo surge el Ballet Clásico Santiago?
Yo lo cree en el ICA para poder poner a bailar a aquellas personas de bachillerato que estaban interesados en ballet. Había que ponerlos a bailar para atraer público, para que comenzaran a creer en nosotros. Después puse mi propia academia, aquello que yo creé en el ICA, ya que tenía registrado el nombre. Lo que he hecho es trabajar con buenos resultados. Tratamos de hacer espectáculos de primer mundo, aunque estemos en tercer mundo.

¿Cuáles han sido los principales logros del ballet en estos años?
El principal logro es que se ha comprendido la ética de la danza, muy específicamente del ballet, no lo tratamos de manera comercial. Una de las primeras cosas que las alumnas tienen que aprender es que la danza tiene una ética que nació hace muchos años y es inviolable. Las niñas inmediatamente lo entienden, pero los padres no entienden esa comprensión de la rigurosidad, del desarrollo de la voluntad, de la disciplina férrea y de ir alcanzando todos los días un nivel más alto para llegar al virtuosismo, eso lo hemos logrado y por eso es que tenemos que partir de aquí para una fundación, porque ya los objetivos de una escuela de arte con toda la seriedad, están logrados. Hay que continuar. Somos un gran ejército de artistas, que es mucho más lindo que un ejército de militares, porque somos artistas del alma.

¿Cómo surge la idea de crear la Fundación Danzar?
Tenemos alumnos con becas universitarias en la Rey Juan Carlos de Madrid, otras becadas en Estados Unidos, personas que se van a dedicar a la especialización en la danza. Pensamos que la única manera de hacer crecer y perpetuar la danza en la región, a los niveles que aspiramos, es creando una fundación que nos da la opción de competir por muchas cosas que tienen que ver con el arte de la escena a nivel internacional.

¿Qué persigue la fundación?
Poder colocarnos en el mundo, competir internacionalmente por ciertas cosas que tengan que ver con la escena; además, para experimentar también en cosas más contemporáneas de la danza, pero hay que comenzar a crear un gusto por esa danza más intelectual, y de la única manera que se puede hacer es con respaldo de patrocinadores, para buscar ese público que no nos sigue, debemos ampliar a otro tipo de danza, y para que las niñas puedan competir internacionalmente.

¿Cuáles serían sus principales ejes de acción?
Hicimos un lanzamiento con un desfile de vestuario de danza. Yo admiro mucho la moda, me parece que hay mucho de artista y de estética dentro de eso, y eso no es fortuito. Los que llegan a grandes tienen que conocer la cultura del traje, que tiene que ver mucho con nosotros, entonces se me ocurrió hacer un desfile de vestuario de ballet de lo más glamoroso. Haremos diversas actividades, podemos traer una compañía de ballet, una de ópera, porque esto está abierto a cualquier arte, muchas cosas para hacer recaudaciones para la fundación que van a redundar en el desarrollo cultural de la región. l

Entretenimiento
Lo que he hecho es trabajar con buenos resultados. Tratamos de hacer espectáculos de primer mundo, aunque estemos en tercer mundo”.

Compañerismo
Tenemos muchos compañeros en el mundo entero, porque en Cuba había una diáspora de artistas muy grande, específicamente del ballet.”

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