Danilo Medina y la reelección: un desafío comunicacional

Que si se opuso a la reelección en años pasados; que si dijo o no que iba cuatro años y ni un día más. Cada palabra, frase e intervención, pública y privada del presidente Danilo Medina, será crudamente escrutada, ahora que el Comité Político&#8

Que si se opuso a la reelección en años pasados; que si dijo o no que iba cuatro años y ni un día más. Cada palabra, frase e intervención, pública y privada del presidente Danilo Medina, será crudamente escrutada, ahora que el Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) resolvió en una votación con un dejo de polémica, promover la modificación constitucional para permitir la reelección del actual presidente.

La Cumbre de las Américas fue la última vez que Medina se refirió al tema públicamente. En aquella ocasión dijo que el momento de hablar sobre la reelección se acercaba, a lo que agregó: “No sé. No estoy para entorpecer la carrera de nadie. Mire, yo creo que el mayor honor que puede recibir un ciudadano es ser electo por su pueblo para ser Presidente de la República, tiempo más o tiempo menos, eso no tiene importancia”.

Tiempo más o tiempo menos. De sus palabras, leyendo entre líneas, no le cerraba la puerta a la reelección, pero tampoco le decía sí al pedido de sectores de su propia administración, y según las encuestas de firmas con cierta credibilidad, como la Greenberg- Diario Libre, que publicó que el 69% de la población apoyaría modificar la Constitución y que un 71% reelegiría a Medina- tampoco le decía sí al “clamor popular”.

Ahora bien, el presidente habla poco. En la misma cumbre explicaba que el impacto es grande cuando un mandatario toma el micrófono. Hoy, y luego de la aprobación del Comité Político, las palabras y su uso serán el principal aliado de Medina para no lucir ambiguo ante un tema “espinoso” como la reelección, y que esconde la necesaria y nueva modificación a la actual Constitución.

Al mismo tiempo, y aunque la mayoría aprueba hacerlo, la popularidad del presidente pudiera verse mermada, sobre todo a lo interno del PLD y en sectores apegados al expresidente Fernández, que ya trascendió, votó en contra de promover la reelección del mandatario. Además, una división del partido pudiera costarle caro a ambos líderes, por lo que urge alinear posturas que eliminen esos fantasmas. Es también un mensaje para el “leonelismo”, toda vez que un nuevo período presidencial de Medina pondría en la cuerda floja el liderazgo interno y el futuro protagónico de Fernández en la política dominicana.

El qué

Basado en los puntos fuertes de su Gobierno y las razones de su enorme popularidad, Medina y sus voceros deberán abrazar un discurso de voluntad popular, justificado por los números que arrojan las encuestas; de consecuencia ante el pedido de su propio partido, con enormes desafíos de mantener la unidad interna; y de continuidad a su gestión gubernamental, que puedan garantizar que los logros alcanzados se fortalezcan y perduren en el tiempo.

Le preguntarán o al menos circulará por el salón de prensa cómo es que Medina dijo gobernaría solo cuatro años y ahora se embarca en una gestión de ocho, previo paso por el Congreso y la modificación constitucional. Apagar el conato de incendio debe ser una prioridad comunicacional. Por igual, deben establecerse mensajes clave, maquillar “Lo que nunca se ha hecho” para no transformarlo en “Lo que siempre se hizo”.

De ser candidato, el presidente ya no será el aspirante del cambio, sino el de la continuidad. Evitar que se le torne en contra con la crítica al “continuismo” es determinante.

El cómo

Cómo será el proceso comunicacional de Medina en esta coyuntura es algo que se desconoce. Si dará un discurso fuera de lo que la Constitución lo obliga, como cuando se cumplieron los 100 días de Gobierno, o si sencillamente se apegará al libreto que tanto éxito le ha dado: administración del silencio, comunicación continua de sus más cercanos colaboradores y altos cargos del Gobierno, visitas sorpresa e inauguración de escuelas en el país, con su presencia estelar en el escenario pero dándole la palabra a dirigentes comunitarios y ministros en cuestión.

Para evitar las voces críticas, aventuro un híbrido de las opciones anteriores. Un discurso o conferencia de prensa donde se trate el tema de la reelección. En ese escenario, ya nadie podrá decir que Medina no habló de lo que ocurrió en el Comité Político. De ahí en adelante, y apelando a su estilo, mantendrá su actual agenda, dejando que su círculo de confianza responda las bombas que de muchos sectores tratarán de lanzar para cercenar en alguna medida los números sin precedentes del actual mandatario.

Con el paso del tiempo, deberán aumentar las intervenciones del propio presidente en cuestiones de campaña. La fase previa, que es la actual, nos dará la línea que contempla el oficialismo. Luego, cuando todo se “caliente” en el Congreso, será cuando más estará arriesgando Medina, de ahí que muy probablemente lo veamos menos ante las cámaras.

Finalmente, y de haber campaña, tendrá que volver el “candidato”. Danilo Medina no es conocido por ser muy diestro en campaña, su papel estelar siempre fue detrás de cámara, como principal estratega. Ahora, apoyado por los números que respaldan su gobierno, tendrá un escenario relativamente sencillo. Si logra pasar el proyecto por el Congreso, habrá muy poco que buscar por parte de la oposición.

Lo que viene

No es algo menor lo que le espera al presidente y su administración. Pasó la prueba en el Comité Político, ahora van rumbo al Congreso. Si este proceso se comunica de forma eficaz, pudieran salir airosos. Medina, y la experiencia así lo indica, es un gran estratega que muy probablemente contemplaba esta fase, y sabe que cada palabra y cada escenario en el que decida hablar, le puede jugar a favor o muy en contra. 

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