El caso de Juan Trinidad

El destacado escultor dominicano Juan Trinidad se vio envuelto, hace aproximadamente dos años, en un lamentable accidente de tránsito en el que perdieron la vida varias personas.El accidente ocurrió en la ciudad de San Francisco de…

El destacado escultor dominicano Juan Trinidad se vio envuelto, hace aproximadamente dos años, en un lamentable accidente de tránsito en el que perdieron la vida varias personas.

El accidente ocurrió en la ciudad de San Francisco de Macorís y luego que un grupo de personas saliera a celebrar el triunfo del equipo local de baloncesto superior.

Trinidad, un gran exponente de las artes plásticas dominicanas, conducía uno de los vehículos que colisionaron, aunque en el proceso penal abierto en ocasión del hecho, únicamente él ha sido imputado.

Contrario a lo que generalmente sucede, que se imputa la violación de la ley 241, en el caso penal contra Trinidad, el Ministerio Público, por presiones de familiares de las víctimas, imputó la violación de los artículos 295 y 301 del Código Penal que tipifican y sancionan el homicidio. Afortunadamente, el juez de la Instrucción remitió a juicio con una calificación jurídica acorde con lo sucedido, por violación a la ley 241 sobre tránsito.

A Trinidad lo conozco desde hace varios años, y puedo dar testimonio de la secuela que este desgraciado evento ha dejado no sólo en él, como persona y artista, sino en su esposa y en sus dos pequeñas hijas.

Ahora bien, lo que preocupa a los que conocemos a Trinidad es una serie de eventos que han tenido lugar en la ciudad de San Francisco de Macorís, en relación con este caso, y que van, desde agresiones a parientes del artista hasta amenazas de muerte contra la abogada de la empresa aseguradora del automóvil propiedad del primero y contra él mismo.

El más reciente incidente acaeció hace varios días, cuando el vehículo en que Trinidad se dirigía al Palacio de Justicia de esa ciudad, fue tiroteado por desconocidos que se transportaban en una motocicleta, siendo impactado el automóvil con dos de los disparos.

Conociendo todo lo que ha acontecido en relación con este proceso, lo que uno se pregunta es si la seguridad y la vida de este gran artista dominicano no se están exponiendo en forma innecesaria al ventilarse el caso en su contra en la misma comunidad en que ocurrió el lamentable accidente.

Y otra pregunta no menos importante: ¿Está la justicia de San Francisco de Macorís en condiciones de impartir Justicia verdaderamente imparcial en este caso? ¿No se estará exponiendo la seguridad misma de los jueces que van a resolver este caso?

Pienso que la honorable Suprema Corte de Justicia debe acoger la solicitud de cambio de jurisdicción en este caso, tanto por la seguridad de Trinidad, como por la integridad misma de los jueces que deben conocer todo este proceso, del que nadie más debe salir lesionado.

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