Valores primarios y valores secundarios (III)

S anto Tomás de Aquino distinguía entre valores primarios y valores secundarios. Afirmaba que los valores primarios, que llamaba “valores del ser”, incluían tres: la verdad (la ciencia), la bondad (la ética) y la belleza (la estética), mientras&#

S anto Tomás de Aquino distinguía entre valores primarios y valores secundarios. Afirmaba que los valores primarios, que llamaba “valores del ser”, incluían tres: la verdad (la ciencia), la bondad (la ética) y la belleza (la estética), mientras que los valores secundarios, que denominaba “valores del tener”, se caracterizaban por la búsqueda del poder, de la riqueza y del placer, que son los valores dominantes en la sociedad de hoy.

¿A qué llevan cada uno de estos valores? ¿Es posible vivir una vida “en paz y en santa calma” utilizando ambos conjuntos de valores? Es evidente que tiene que existir un equilibrio entre el “ser” y el “tener”. Los valores del “ser” llevados a extremos, pueden crear una persona desconectada del mundo o un fundamentalista. Los solos valores del “tener” pueden crear una persona deshumanizada, corrupta y hedonista. Es como en la oración de San Ignacio que pedía a Dios, “no me des poco, que me desespero; no me des mucho, que te olvido. Dame lo necesario”.

Los nuevos tiempos son épocas de dificultades. El mundo no acaba de salir de una guerra o de una crisis económica cuando en otro lugar estalla la siguiente. Lo único claro de estos tiempos que vivimos es que todo cambia a una velocidad pasmosa y que los conceptos han cambiado consecuentemente. Por tanto, se requerirá una gran apertura a lo nuevo y, al mismo tiempo, unos valores muy bien centrados para poder sobrevivir el huracán de cambios de nuestro tiempo.

Las recurrentes crisis económicas mundiales que sufrimos, por ejemplo, se deben, más que a fallos en los sistemas de producción, a carencias morales que permean todo el sistema. Dunning, describe esos fallos en tres aspectos: fallo de los mercados, fallo de las instituciones y fallo de las virtudes morales. E ellos nos referiremos en la próxima entrega.

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