¡Sin maquillaje!

Cuando un cambio de conducta no ocurre por causa de una renovación de la mentalidad, sino por temor a las consecuencias, jamás obtendremos resultados sostenibles. Cambiar hábitos sin cambiar la mentalidad es maquillar el carácter, al menor estremecimi

Cuando un cambio de conducta no ocurre por causa de una renovación de la mentalidad, sino por temor a las consecuencias, jamás obtendremos resultados sostenibles. Cambiar hábitos sin cambiar la mentalidad es maquillar el carácter, al menor estremecimiento, ese andamiaje derrumbará todo lo superado. Cuando la Biblia habla de arrepentimiento lo relaciona a un giro completo de la mente, a la convicción de que ese hecho jamás deberá repetirse. En un automóvil nuevo la alfombra vieja es repudiable, de la misma manera en una mente renovada los viejos hábitos son indeseables. Los cambios reales no son simples sustituciones, fueron gestados después de la quimioterapia del perdón, la concientización y renovación de la mente. Si caíste desde la cúspide tu razonamiento, levántate y cámbialos por las inconmovibles promesas de Dios. 

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