Éxodo de haitianos aún no ha afectado sector construcción

La salida de extranjeros aún no ha provocado un impacto significativo en los sectores donde está más concentrada la mano de obra haitiana: la agropecuaria y la construcción.

La salida de extranjeros aún no ha provocado un impacto significativo en los sectores donde está más concentrada la mano de obra haitiana: la agropecuaria y la construcción.Así lo afirman el vicepresidente de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), Osmar Benítez, y el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Viviendas –Acoprovi-, Héctor Bretón, cuando aseguran que gran parte de sus asociados tienen a su personal registrado en el Plan Nacional de Regularización y, cada uno por su lado, abogó porque ahora -cuando el país está inmerso en una reforma migratoria que implica poner un orden al flujo haitiano- se establezcan políticas estatales para incentivar a los dominicanos a trabajar en el campo y las obras.

Solo en la agropecuaria y la construcción trabaja aproximadamente el 62% de los haitianos que viven en el país. Pero desde la JAD y Acoprovi, quienes representan los sectores más dependientes de la mano de obra haitiana, han asegurado que todavía no se puede decir que el éxodo de haitianos a su tierra –Migración dice que son más de 23 mil- ha traído consecuencias negativas.

Y a esta afirmación también se le suma la Confederación Patronal de la República Dominicana -Copardom- cuando su director Joel Santos asegura que “la única queja” que en su momento recibió la organización por parte de los patronos fue que el Gobierno haitiano no facilitó la documentación a sus nacionales.

Eso sí, Héctor Bretón no se atreve a asegurar que la falta de obreros haitianos, al menos en la construcción, podría convertirse en un problema a futuro. “Habría que ver el momento. Tú sabes cómo es el mercado, es algo que uno no puede predecir”.

Benítez viene planteando crear una especie de programa similar a la tarjeta Solidaridad que beneficie a los agricultores y no solo con efectivo, sino con viviendas económicas para que el campesino dominicano pueda obtener una casa modesta. “Se necesita mano de obra y hay que motivarla”, sustentó.

A su vez, Bretón explicó que un centro de capacitación sería “una forma de contrarrestar aquellos trabajadores que no estaban de forma regular” para que sean los dominicanos quienes cubran las vacantes que hagan falta.

La primera Encuesta Nacional de Inmigrantes en la República Dominicana
–ENI2012- arrojó en ese año que en el país vivían 458 mil 233 haitianos que, en términos ocupacionales, se concentraban básicamente en tres ramas: el sector agropecuario (35.7%), la construcción (25.9%) y el comercio (16.5%). Estamos hablando de que, aproximadamente, 350 mil haitianos se reparten en estos tres oficios.

Según cálculos de Osmar Benítez, de los haitianos que trabajan en la agropecuaria, el 60% está completando su expediente para documentarse y el resto 40% “se ha ido o debe de irse”.

“Hemos pedido al Gobierno que en un plazo no menor de seis meses duplique el personal de los consulados para que los haitianos que no se regularizaron vuelvan con su visa de trabajo”, dijo Benítez. 

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