Redes y medios para entretener

Los medios de comunicación, redes sociales o los comentaristas de una esquina a otra en los conchos y voladoras, debaten como si en ellos se les fuera la vida cuanta peregrina idea suelten por los canales globalizados del cotorreo pseudo-intelectual,&#82

Los medios de comunicación, redes sociales o los comentaristas de una esquina a otra en los conchos y voladoras, debaten como si en ellos se les fuera la vida cuanta peregrina idea suelten por los canales globalizados del cotorreo pseudo-intelectual, o los lanzados por los extorsionadores que dicen gobernar la mañana. Eso sí, siempre temas que parecen “ecológicos” “políticamente correctos”, o que los hayan preparado bajo contrato dolarizado los intelectuales “salvadores de los pobres y desheredados del mundo”.

Ahora se está magnificando el supuesto “gran apoyo internacional” que tienen los haitianos. Apoyo internacional que si no fuera por los conocidos pro-haitianos televisivos, y las ONG que reciben dinero para eso, el problema no existiría como gran “problema internacional que nos hará muchísimo daño”. Sabemos que lo que sucede aquí y ahora es simplemente la aplicación de una ley nacional para el ordenamiento de los inmigrantes, como hacen en todos los países, casi siempre para bien de esos mismos inmigrantes. Problemas tienen los de USA, que un multimillonario y pre-candidato a la presidencia dice que los mexicanos inmigrantes son unos delincuentes y vagos, o las declaraciones de una escritora del mismo país, que pidió en un programa de la cadena Fox que Estados Unidos debería bombardear México como Israel lo hace en la Franja de Gaza, para controlar la inmigración de esos indeseables mexicanos, según ella.

Sin contar la muralla de alambres con púas, cementos, cámaras de televisión, drones, perros desgarradores de piernas, y patrullas armadas hasta los dientes que tienen instalados USA en su frontera con “sus hermanos mexicanos”. Todo un andamiaje parecido al que existía entre las dos alemanias hasta hace muy pocos años y que ellos mismos llamaban el muro de la vergüenza.

La farsa, el teatro de mal gusto que se escenificó en la Asamblea Nacional, para modificar la Constitución, ya se ha olvidado para dar paso a que las redes sociales se carguen de improperios y opiniones sin ningún conocimiento profesional sobre la puesta en valor al conjunto de las ruinas de Santa Bárbara y su entorno. Ahora toca reenviar o seguir repitiendo el paquete de “soluciones” que tienen los que perdieron la licitación; mientras se continúa, porque es tema atemporal, las monsergas pro o contra haitianas que dicen uno y otro bando. La cuestión es tenernos entretenidos mientras en el país se organiza una banda que se ha apoderado del Presupuesto Nacional, que tienen más del noventa por ciento de los recursos de la JCE para hacer su campaña, que tienen el sistema judicial a su disposición, una pandilla de periodistas en nómina, y próximamente un periódico gratuito en la propiedad del aprendiz de sastre y su banda.

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