La sequía extrema que desde hace casi tres años viene afectando a la región del Caribe, sumada al alto desperdicio del agua barata y al alto nivel de contaminación ambiental cloacal, humana y pecuaria, que llega a todos los ríos urbanos a través de las cañadas barriales y los arroyos marginales que reciben las descargas directas, no tratadas, de granjas de cerdos, granjas de pollos; sumado a barrios que no tienen alcantarillado sanitario, y que a veces no tienen ni siquiera letrinas, nos pone al borde del colapso del suministro de agua potable.
Desde hace varios años hemos venido advirtiendo, a las autoridades y a la población, de la gravedad de esta situación, pues estamos frente a una crisis en la disponibilidad, en el abastecimiento y en la contaminación de nuestras aguas superficiales y subterráneas, y frente a una crisis social y de salud que nos va a estallar en nuestras manos. Lamentablemente vivimos en una sociedad donde la gente es negativa ante las tempranas advertencias, para luego todos quejarnos de las pesadas y negativas consecuencias.
De poco han servido las múltiples conferencias que sobre nuestros principales problemas ambientales hemos dictado en muchas universidades nacionales, y en la Conferencia del Episcopado Dominicano, y poco han valido las advertencias tempranas que durante ocho años hemos hecho en los foros científicos anuales organizados en los diferentes países del continente americano por el “Programa del Agua de la Red Interamericana de Academias de Ciencias (IANAS)”, donde participamos como Punto Focal Nacional, ya que la contaminación cloacal de nuestras aguas cada día es mayor por falta de alcantarillados sanitarios.
La disponibilidad y el suministro de agua cada día es menor, las protestas por la falta de agua potable a una gran parte de la población cada día están más generalizadas, el problema gubernamental por el desabastecimiento de agua potable cada día es mayor, las inversiones públicas en agua potable y saneamiento básico cada día son menores, y cuando todo el mundo se tire a la calle a pedir agua potable, nadie podrá detener esa sedienta avalancha humana, capaz de todo, porque guardias y policías, muertos de sed, serán los primeros en protestar, y quemar gomas, pidiendo agua.
El 10 de mayo del presente año 2015, hace apenas dos meses, NCDN, que es parte del Grupo de Comunicaciones del Caribe, difundió la siguiente noticia: “Experto insta a Danilo Medina reunirse con el sector agua: Osiris de León, geólogo experto, instó al presidente Danilo Medina a reunirse de urgencia con todos los funcionarios que suministran el agua, con la finalidad de definir una nueva política de distribución, captación y tratamiento del preciado líquido, para evitar protestas sociales por su falta. Según explica Osiris de León, la sequía extensa que afecta al país crea un grave problema de administración del recurso hídrico, por lo que las autoridades deben tomar medidas al respecto”.
Finalmente, la reunión sugerida fue convocada de urgencia en la pasada semana, y la Dirección de Comunicación de la Presidencia informó al país que el presidente Danilo Medina se había reunido con los funcionarios del sector agua, de quienes recibió un informe sobre la situación de los acueductos y presas del país, y a quienes instruyó para que de inmediato sometan sus programas de contingencia para enfrentar la crisis de agua por la sequía, programas que deberán ser entregados al ministro Administrativo de la Presidencia.
Saludamos la decisión del presidente Danilo Medina de convocar de urgencia a todos sus funcionarios del sector agua para escuchar sus explicaciones y para dar a ellos las debidas instrucciones, porque el Gobierno ya debe saber que la crisis de abastecimiento de agua potable es grave, y que no se puede manejar con promesas, porque cuando la gente se tira a la calle, a exigir agua potable, esa gente no quiere explicaciones, ni acepta justificaciones. Esa gente quiere soluciones, y las únicas posibles implican suministrarle agua potable, y si el Gobierno no tiene agua, tiene que buscarla donde sea, como sea, y al precio que sea, pero la gente necesita agua, y es deber de todo Gobierno proveer agua potable.
Ha sido un gran error, administrativo y técnico, detener todos los proyectos de presas, incluyendo a Pedro Brand, Monte Grande, Alto Yuna, Las Placetas y Artibonito, como ha sido un gran error no haber comenzado a construir cinco campos de pozos en Los Haitises, como ha sido un error no haber comenzado a construir dos tuberías desde la presa de Hatillo hacia Santo Domingo, como ha sido un error retrasar el acueducto Bávaro-Punta Cana-Higüey, y como ha sido un error no construir alcantarillados sanitarios y abandonar las plantas de tratamiento de aguas sanitarias.
Lamentablemente, en nuestro país el suministro de agua potable, y los servicios de alcantarillado sanitario son asuntos secundarios, y para esas cosas nunca hay presupuestos, y si el Presidente autoriza los presupuestos solicitados, el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Economía y la Dirección de Presupuesto se encargan de reducirlos a menos de la mitad, mientras los problemas por falta de agua y de saneamiento se duplican y se triplican, y quien no lo vea, o no lo entienda, que abra bien los ojos y el buen juicio, pues cada día el problema será peor. l
