Danilo, ante el reto de una segunda candidatura

Con la proclamación como candidato presidencial para los comicios de mayo del 2016, Danilo Medina asume no sólo la gran responsabilidad de darle una segunda victoria electoral al oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y al Bloque…

Con la proclamación como candidato presidencial para los comicios de mayo del 2016, Danilo Medina asume no sólo la gran responsabilidad de darle una segunda victoria electoral al oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y al Bloque Progresista que respalda sus aspiraciones, sino además el reto de culminar de forma exitosa su obra de gobierno, más allá de este primer cuatrienio.

El Presidente es más que nadie consciente de lo que significa someterse nuevamente al escrutinio del electorado, y quizás por esto el pasado domingo, cuando fue juramentado por el presidente del PLD, Leonel Fernández, dejó ver el gran compromiso de responder a las expectativas que envuelven esta nueva candidatura.

Danilo Medina tiene la encomienda de ser fiel con su propósito de garantizar el estado de bienestar que el pueblo dominicano puso en sus manos, cuando fue mayoritariamente votado para las elecciones del 2012, año en que llegó a la Casa de Gobierno con la meta de cumplir tan delicada y compleja misión.

Justo es reconocer que el primer mandatario ha sabido lidiar con situaciones adversas, dentro y fuera de República Dominicana, para gobernar en función de los más sanos intereses de esta sociedad, sobre todo ejecutando políticas con resultados palpables en beneficio de los sectores más desprotegidos.

Sus acciones en el campo educativo, aquellas vinculadas al gasto social y las reformas todavía en proceso en el sector salud, sitúan a Danilo Medina en un lugar ventajoso frente una población que ha premiado su gestión de gobierno, otorgándole su confianza y una alta valoración.

Sin embargo, el Presidente tiene por delante un largo trecho que recorrer en asuntos que tocan las teclas más sensibles de cualquier sociedad, que, aunque son encarados en este gobierno, persisten como tareas pendientes de materializar. Me refiero al tema de la seguridad pública, que emerge con fuerzas inusitadas cual monstruo de mil cabezas difícil de vencer.

La sociedad reconoce los esfuerzos de este gobierno para afrontar con determinación a quienes insisten en promover el terror y desestabilizar el orden social preestablecido. Pero la gente pide más, porque por momentos ese mal empecinado parece ganar la batalla, y la incertidumbre y el temor se apoderan de forma inevitable de todo el conglomerado social.

El tema eléctrico, sus implicaciones financieras y el impacto social negativo que se desprenden de este servicio, deberá ocupar igualmente un espacio preferencial en la agenda del presidente Medina para un próximo gobierno.
Cuatro años más serían suficientes para abordar estos temas con el nivel de responsabilidad que ameritan y que reclama a gritos la sociedad dominicana.

Una de las cualidades que adornan el peculiar estilo de gobernar de Danilo Medina es precisamente su sinceridad al referirse a los desafíos que como nación tenemos que vencer para tener el tipo de sociedad que soñamos. Por esta razón, el Presidente ha dicho en reiteradas ocasiones que las situaciones que afectan el desarrollo de los dominicanos es parte de esa deuda social acumulada por distintos gobiernos.

Esto indica que cristalizar el anhelo de lograr niveles de vida aceptables para todos los ciudadanos, sin exclusión ni distinción, ha de ser un objetivo común y ante el cual, al menos en teoría, no deberían existir diferencias partidarias.
Danilo Medina aceptó el reto de seguir conduciendo las riendas del Estado. A nosotros nos corresponde aportar nuestra cuota.

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