El MEPyD: nuevo objetivo de la Inquisición

Pocas veces estimaciones oficiales han recibido tantas críticas y han sido objeto de desenfrenadas burlas, como las que han tenido que soportar las de pobreza realizadas por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD). Políticos,&#82

Pocas veces estimaciones oficiales han recibido tantas críticas y han sido objeto de desenfrenadas burlas, como las que han tenido que soportar las de pobreza realizadas por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD). Políticos, economistas, analistas y periodistas han despotricado contra la estimación de la incidencia de pobreza de 35.8% (32.1%) de la población en el 2014 (a marzo del 2015).

Sostienen que esas cifras son “inconsistentes” con la realidad. Que de ser ciertas estaríamos frente a un “milagro” de Danilo Medina. Que en vez de reelegirlo en el 2016, deberíamos mantenerlo en el poder hasta el 2028, pues de esa manera el país terminaría de erradicar la pobreza. Afirman que las estimaciones del MEPyD son incompatibles con las del Banco Mundial y la CEPAL.

Comencemos con las estimaciones del Banco Mundial. Utilizando una línea de pobreza denominada en pesos dominicanos que garantice su equivalente a US$4.00 diarios por persona -en paridad de poder adquisitivo (PPA)-, el Banco Mundial nos presenta sus estimaciones de pobreza para República Dominicana durante el período 2000-2014.

Como se puede advertir en el primer gráfico, la pobreza era de 25.8% en el 2000, crece significativamente en el 2003-2004 debido a la enorme devaluación e inflación que provocó el mecanismo utilizado para rescatar a los depositantes de los bancos que quebraron por prácticas fraudulentas, y luego comienza a descender gradualmente, registrando niveles cercanos al 33% en el 2011-2013, para caer significativamente en el 2014 a 28.8%. Como se observa, el Banco Mundial registra una disminución de la pobreza de 4.9 puntos porcentuales en el 2014 con relación al 2013.

La CEPAL, por su parte, utiliza una metodología diferente a la del Banco Mundial. Estima la línea de pobreza como el valor monetario de los bienes y servicios necesarios para satisfacer las necesidades esenciales. Esa línea de pobreza es actualizada todos los años utilizando las variaciones de los IPC correspondientes a los alimentos contemplados en la canasta inicialmente seleccionada y a los bienes y/o servicios no alimentarios.

Para el caso dominicano, la CEPAL realizó el cálculo para el 2002 y para el período 2004-2013. Para el 2002, la CEPAL estimó la pobreza en 47.1%. En el 2004, la pobreza sube a 54.4%, por las razones explicadas anteriormente. En el 2005 cayó 6.9 puntos porcentuales, exhibiendo a partir del 2006 una tendencia gradual a la baja hasta el 2013, cuando alcanzó 40.7%, la última información que ha dado a conocer la CEPAL. Algunos periodistas, por un error involuntario, han señalado que 40.7% es el dato de CEPAL para el 2014, pero no es así.

El MEPyD utiliza una metodología similar a la de CEPAL. Partiendo de una canasta de consumo con el requerimiento calórico mínimo diario para un adulto equivalente, estimado para el 2007 en 2,157 kilocalorías a nivel nacional, y utilizando informaciones de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2007, el MEPyD construye una línea de pobreza “que representa los recursos monetarios que se necesitan para adquirir bienes y servicios básicos, además de los alimentarios, identificados como necesarios”.

El valor de la línea se actualiza por la variación en el IPC correspondiente mientras que las bases de datos de las Encuestas Nacionales de Fuerza de Trabajo del Banco Central proveen la información sobre los ingresos.

Esta metodología fue consensuada en el 2012 en el ámbito de la Comisión Técnica Interinstitucional de Medición de Pobreza, con la participación de representantes de la CEPAL, el Banco Mundial y el PNUD.

En el segundo gráfico, junto a las estimaciones de CEPAL, se presentan las del MEPyD. Para el 2002, el MEPyD de Temo -no el de Calderón-, estimó la pobreza en 32.7%, 14.4 puntos porcentuales por debajo del 47.1% que estimó la CEPAL. Para el 2004, el MEPyD estimó la pobreza en 49.9%, 4.5 puntos porcentuales por debajo del 54.4% que calculó la CEPAL.

Entre el 2005 y el 2013, las estimaciones del MEPyD y la CEPAL registran diferencias insignificantes, como el lector puede comprobar. En cuatro años (2005, 2009, 2010 y 2013), la pobreza estimada por el MEPyD es ligeramente mayor a la estimada por la CEPAL; en cinco años (2006, 2007, 2008, 2011 y 2012), la estimada por el MEPyD es ligeramente menor.

A cualquier analista imparcial que se le certifique que las series de pobreza del MEPyD han sido manipuladas durante el período 2000-2014, tendría que concluir que la “manipulación” se hizo en beneficio del gobierno 2000-2004, pues es en los años 2002 y 2004 donde los estimados de pobreza del MEPyD, 32.7% y 49.9%, respectivamente, quedan muy por debajo de los de la CEPAL, 47.1% y 54.4%. Y claro, en perjuicio de la administración de Danilo Medina, pues en el 2013, mientras la CEPAL estimó la pobreza en 40.7%, el MEPyD indica que alcanzó 41.2%.

Todo el que se haya acercado marginalmente a la literatura económica que aborda el tema de la medición de la pobreza sabe que los estimados son muy sensibles a la metodología que se utilice para la construcción de la línea de pobreza. De ahí la gran diferencia entre las estimaciones del Banco Mundial basadas en los US$4 diarios en PPA y las de CEPAL y el MEPyD basadas en la metodología diseñada por Ravallion.

Es obvio que si usamos la línea de pobreza de US$15 diarios PPA utilizada en Estados Unidos, la estimación de nuestra pobreza sería muchísimo mayor. Y superaría el 85% si utilizamos la línea de pobreza de US$43 diarios PPA que se utiliza en Luxemburgo.
La metodología utilizada por la CEPAL y el MEPyD sigue siendo la dominante, aunque no por ello, está libre de debilidades.

Algunos han sugerido que en vez de utilizar esta metodología para medir la pobreza, deberíamos aplicar la metodología de Alkire Foster para medir la pobreza multidimensional. Una medición adicional podría contribuir al diseño de las políticas públicas. Pero temo al tsunami de burlas que podría provocar. Para el 2013, el Oxford Poverty and Human Development Initiative (OPHI) estimó la pobreza multidimensional en República Dominicana en 5.1% de la población, por debajo del 41.2% que arroja la metodología basada en la línea de pobreza nacional del MEPyD para ese año.

Me parece que los críticos del MEPyD deberían ser un poco más pacientes y esperar que la CEPAL dé a conocer su estimación para el 2014. Ya el Banco Mundial, con su metodología, la estima en 28.8%, para un descenso de 4.9 puntos porcentuales con relación al 2013. El MEPyD la estimó en 35.8%, para un descenso de 5.4 puntos porcentuales y detalla en su informe los factores que determinaron dicha baja. Antes de llevar al Dr. Morillo a la hoguera, esperemos la publicación del Panorama Social 2015 de la CEPAL, que divulgará su estimado para el 2014.

Que nadie, sin embargo, se rasgue las vestiduras si en la publicación de septiembre del 2015 del MEPyD, la incidencia de la pobreza cae por debajo del 30%. Recordemos que en junio del 2015 se produjo un aumento de 14% en el salario mínimo, muy por encima del aumento proyectado de 3% en el IPC de alimentos de marzo a septiembre del 2015. Tampoco sería para celebrar. Un índice de pobreza de 29.5% en septiembre del 2015, apenas 2.5 puntos porcentuales por debajo del 32.0% de hace 15 años, muestra la fábrica de pobreza que instaló la crisis bancaria del 2003-2004 y el largo camino que todavía nos queda por recorrer. l

Los artículos de Andy Dauhajre en elCaribe pueden ser leídos en www.elcaribe.com.do, PANORAMA, Opiniones.

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