Desde el inicio de su mandato constitucional, la nave del Gobierno actual había estado flotando sobre aguas tranquilas, donde las corrientes marinas superficiales siempre habían estado a su favor, y donde el fuerte viento tropical siempre había sido coincidente con su misma dirección final, lo que le hacía avanzar, con la mayor celeridad y con absoluta seguridad, hacia el puerto de la reelección y sin ninguna preocupación.
Pero de repente, un inesperado suicidio de un arquitecto contratista de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe), y sendas notas manuscritas elaboradas por el agobiado profesional antes de tomar esa dolorosa decisión fatal, han destapado un cúmulo de expedientes impregnados de ácido sulfídrico, y el fuerte olor se ha extendido por toda la nación, siendo tomado hábil y rápidamente por la oposición, para lograr, por primera vez, estremecer y hacer retroceder al Gobierno de la nación.
Es evidente que desde el primer momento en que afloró el escándalo de la Oisoe, el Gobierno, acosado y atacado por la prensa y por la oposición, ha lucido entrampado, acorralado, debilitado, asustado y arrinconado en la esquina del ring, sin reacciones de respuesta que evidencien la fortaleza y la seguridad de meses atrás.
El Gobierno subestimó el pequeño desprendimiento de nieve ocurrido en la parte media de la montaña plegada de la Oisoe, sin tomar en consideración que la nieve blanda acumulada sobre la nieve dura tiende a deslizar cuesta abajo con una gran facilidad, y que en ese proceso deslizante va desprendiendo más y más nieve, la que al ganar más y más peso gana más y más energía cinética que le permite arrancar la nieve dura de sustentación inferior, y termina convirtiéndose en una gran avalancha que al arrastrar la nieve de sustentación también puede hacer colapsar la nieve acumulada en el tope de la montaña de la reelección.
Sin embargo, la oposición, ávida de un tema que le dé estelaridad y posicionamiento, y que acababa de errar el tiro al atacar los evidentes e indiscutibles éxitos de las visitas sorpresas, pues en política nunca se deben atacar los éxitos, sino los fracasos, y viendo que sus críticas a las visitas sorpresas no habían recibido el esperado eco porque la gente valora positivamente cualquier inversión en el campo, aunque sea pequeña, rápidamente asumió el tema Oisoe logrando masificarlo a través de las redes sociales, y logrando, por primera vez, acorralar al Gobierno y a sus estrategas, quienes no han sabido responder de manera inmediata y creíble el feo tropiezo de la Oisoe, ni han sabido desligar al Presidente y al Gobierno de lo ocurrido en una institución donde evidentemente reinaban la extorsión y la corrupción, lo cual, como no era nuevo, era conocido por la población.
Joaquín Balaguer era un gobernante caracterizado por blindarse frente a las debilidades y a los errores humanos propios de la administración pública, llegando a decir públicamente que la corrupción se detenía en la puerta de su despacho, y como nadie renunció al Gobierno, la gente entendió que todos participaban, menos Balaguer. Del mismo modo en que Balaguer se desligaba inmediatamente de los errores de la administración pública, Danilo Medina debió desligarse inmediatamente del caso Oisoe, debiendo dirigirse a la nación, a través de la radio y la televisión, para decirle a la población: “Pueblo dominicano, comparezco ante ustedes, porque yo, al igual que ustedes, he quedado conmovido y estremecido por lo ocurrido en la Oisoe, porque yo, al igual que ustedes, me he sentido defraudado y traicionado por personas en quienes todos hemos confiado, y mi firme compromiso frente a ustedes me ha llevado a emitir un decreto mediante el cual queda disuelta la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, y sus funciones transferidas al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, al mismo tiempo que he instruido a la Procuraduría General de la República para que inicie una investigación, y abra un canal de comunicación, que permita, a los contratistas y a la población, presentar toda evidencia o documentación que conduzca a una ejemplarizadora sanción”. Eso habría sido suficiente para tranquilidad de la gente.
