RÍO DE JANEIRO — Un juez de la Corte Suprema de Brasil destituyó el jueves al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, uno de los políticos más poderosos del país y quien es vilipendiado por muchos debido a una larga lista de acusaciones de corrupción y por sus intentos de frenar las investigaciones en su contra.
El juez Teori Zavascki realizó la destitución de Cunha el jueves durante una sesión del pleno del tribunal, que ahora debe decidir si confirma, revoca o simplemente no se ocupa del mandamiento de Zavascki. A menos que el pleno del tribunal tome una medida, la suspensión se mantendrá en vigor.
Una portavoz de la oficina de Cunha indicó que él estaba al tanto de la decisión, pero que no haría comentarios al respecto. Cunha ha negado reiteradamente las acusaciones en su contra.
El juez actuó con base en una petición realizada en diciembre por el fiscal general Rodrigo Janot.
Janot, quien llamó a Cunha «un criminal» en su acusación, alega que el presidente de la Cámara de Diputados usó su cargo para obstruir las investigaciones en su contra que involucran una red de corrupción en la paraestatal petrolera Petrobras y en el comité de ética de la cámara baja.
Zavascki agregó en su fallo que debido a que Cunha se encuentra bajo investigación, no es apto para estar en la línea de sucesión presidencial en caso de que la presidenta Dilma Rousseff sea destituida. Si el Senado acepta los cargos en contra de la mandataria la próxima semana, el vicepresidente Michel Temer, un aliado de Cunha, deberá asumir la presidencia. Cunha sería el próximo en la línea de sucesión.
Cunha ha encabezado las gestiones políticas para derrocar a Rousseff con base en las acusaciones de que ella manipuló el presupuesto para ocultar déficits que han contribuido a la peor recesión en décadas para la mayor economía de Latinoamérica.
Un proceso de juicio político a Rousseff fue aprobado con aplastante mayoría el mes pasado en la Cámara de Diputados y ahora ya se encuentra en el Senado, por lo que la suspensión de Cunha no tiene ningún efecto directo sobre ese voto.
El abogado del gobierno, José Eduardo Cardozo, dijo que el fallo de Zavascki será la base de una nueva apelación ante la Corte Suprema para que anule el proceso de juicio contra Rousseff. Cardozo acusa a Cunha de abusar de su posición para vengarse de sus adversarios.
Hablando el viernes durante la inauguración de una represa en el estado amazónico de Pará, Rousseff llamó a Cunha un «desvergonzado» por encabezar el proceso de destitución en su contra.
«Mejor tarde que nunca», dijo la mandataria sobre la suspensión del líder legislativo.
Aunque la decisión llega demasiado tarde para los partidarios de Rousseff y su Partido de los Trabajadores, seguramente será celebrada por varios sectores.
«Cunha es la única persona que puede unir al país» pues todos lo desdeñan, opinó Francisco Fonseca, un analista político del instituto académico Fundacao Getulio Vargas.
Una encuesta realizada en abril por el respetado instituto Datafolha concluyó que 77% de los brasileños desea que Cunha renuncie o sea retirado de su puesto. La cifra fue mayor a la de las personas que desean ver a Rousseff (61 o Temer (58%) sometidos a juicio político.
Un grupo de legisladores aliados de Cunha firmó una carta de apoyo diciendo que la suspensión provoca «una gran crisis institucional», mientras que otros legisladores lo celebraron en una sesión ruidosa.
Además de obstrucción de justicia, Cunha enfrenta otras acusaciones de corrupción, incluyendo la de aceptar sobornos y la de ocultar millonarias cuentas bancarias en el extranjero.
