Comida sobre ruedas: negocio que alimenta la economía informal

Faltan pocos minutos para las 12:00 del mediodía y el carro color verde acaba de aparcarse a la derecha en la avenida Winston Churchill, en la cercanía de la calle Porfirio Herrera, en Piantini, Santo Domingo.

Faltan pocos minutos para las 12:00 del mediodía y el carro color verde acaba de aparcarse a la derecha en la avenida Winston Churchill, en la cercanía de la calle Porfirio Herrera, en Piantini, Santo Domingo. Comienzan a llegar empleados de una construcción del entorno, una señora levanta el baúl del auto, abre varias fundas, destapa diversos envases y comienza a servir los primeros platos de arroz con carne y habichuela. La fila se torna larga porque los clientes son muchos, pero las quejas son escasas. “El precio es bueno”, dice uno de los comensales. “Y tengo la ventaja de que la doña me acomoda bien”, agrega el otro.

A la misma hora, en otro lugar, en las inmediaciones del kilómetro 9 de la autopista Duarte, dos anafes arden sin parar y los vehículos de trabajadores del transporte público comienzan a llegar a ese punto. La señora Angelita Adames coloca habichuela encima del arroz blanco y pasa el plato a uno de los clientes. Encima de una “camionetica” tiene colocada parte de la comida ya preparada, cucharas y otras herramientas propias de un negocio de alimentos preparados.

La escena se repite en diversos puntos de la ciudad. Algunos le llaman emprendimiento, otros le denominan alternativa para sobrevivir y algunos lo nombran como un nuevo nicho de mercado, abierto en la economía informal. En definitiva, es una forma de ganarse la vida, dentro de las opciones que existen para quienes no tienen espacio o no quieren, dentro del empleo formal.

En concreto, la modalidad del comercio descrito es la siguiente: Una persona que tiene un vehículo (camioneta o carro) lo usa como si se tratara de un “local en movimiento” para comercializar los alimentos. Generalmente, los parámetros que toma en cuenta el ofertante para instalarse en un punto determinado es que haya gran afluencia de personas. Por ejemplo, en las cercanías de instituciones públicas o de empresas privadas con muchos empleados, en las inmediaciones de paradas de guaguas y en los alrededores de mercados públicos, hospitales públicos y clínicas. En el pasado no era común que eso ocurriera, pero hoy en día es una forma de sustento de una cantidad importante de personas. Establecer cuál es el precio específico en los negocios es difícil, porque los vendedores suelen acomodar el costo a la opción del adquiriente. Ramona Marte, por ejemplo, vende el plato a RD$110.00, según dijo ayer a elCaribe, pero eso no significa que esté cerrada a ese número, en caso de que algún cliente le pida acomodarle 80 pesos de “moro”. Ramona se estaciona en una intersección muy concurrida del municipio Santo Domingo Este.

Angelita Adames, la del kilómetro 9, vende el plato (arroz, habichuela, carne o la receta que tenga ese día) a RD$100. Angelita tiene diez hijos y diez años vendiendo comida. ¿Y cómo incursionó usted en esto, de dónde le surgió esto?, le pregunta este periódico. “Oh, buscando opción para vivir”, responde. Y enseguida agrega que también vende desayuno, aunque ese segmento del negocio está menos activo.

La venta de comida en vehículos viene a sumarse a otros modelos de negocios existentes hace años, que son las denominadas frituras. En estas últimas casi siempre los alimentos (tostones o fritos verdes, salami, queso, longaniza u otros productos) se preparan en el lugar donde están instaladas. En el caso de los negocios que ofertan el almuerzo, casi siempre llegan con las recetas preparadas al lugar y solo tienen que colocarlas en los platos.

Las cifras oficiales

En República Dominicana la venta de comida en la calle no es la única actividad informal que existe. Las estadísticas oficiales evidencian eso. De acuerdo con la Encuesta de Fuerza de Trabajo del Banco Central, el 56% de la mano de obra activa en el país trabaja en actividades laborales de informalidad. El hecho de que los trabajadores informales representen más de la mitad del universo de empleados en el país, evidencia la importancia que tiene la informalidad en la economía nacional. La informalidad se expresa de diversas formas: vendedores ambulantes, chiriperos, establecimientos comerciales con locales, pero que no están debidamente formalizados debido, principalmente, a la burocracia para acceder a la formalidad.

Experiencias que hay en otras partes del mundo

En otros lugares del mundo el negocio de comida colocada en automóviles tampoco es nuevo y posiblemente no sea válido compararlo con la forma de venta en República Dominicana. En México, por ejemplo, existen los “Food Trucks” o camiones de comida. También hay en Perú, donde, incluso, se conformó hace varios años la Asociación Food Trucks del Perú, con un grupo que ofrece una carta innovadora.

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