La Vega. La extracción indiscriminada y sin control de materiales de agregados del río Camú, mantiene preocupados a diversos sectores veganos que temen su desaparición.Volteos, retroexcavadoras y hasta personas con carretas y caballos, es común verlos en las aguas del Camú, ante la mirada de las autoridades de Medio Ambiente. Desde ambientalistas hasta representantes de organizaciones de juntas de vecinos y sectores preocupados por los daños causados al principal afluente de agua de La Vega, llaman a las autoridades a tomar acciones urgentes contra los depredadores.
“Las razones por las cuales se secan las corrientes de aguas superficiales, llámese ríos o arroyos: es por la deforestación de la cuenca, escasez de lluvias, explotación de sus aguas y la sobreexplotación de las aguas subterráneas, falta de ordenación en el territorio”, expresó José Antonio Núñez, director de la escuela Agroforestal Fernando Arturo de Meriño y encargado del departamento de cambio climático.
Indicó que las urbanizaciones con fines turísticos se hacen con poca planificación y se permite la apertura de carreteras y la ocurrencia de incendios forestales por la falta de práctica de manejo del fuego en los bosques, se han convertido en los principales problemas que afectan los ríos dominicanos.
También se quejó de la falta de educación en el manejo de recursos naturales de las autoridades, lo que afectará a las futuras generaciones que viven en zonas frágiles de las cuencas altas. Al advertir las consecuencias ocasionadas por las granceras, refirió que en la actualidad se hace poco el trabajo de reforestación.
“Con la falta de cobertura boscosa, por cualquiera de las razones enumeradas, una fuerte lluvia puede primero causar grande avenidas y arrastre de materiales sueltos del suelo: arena, rocas. Al provocar un aumento en el caudal del río estas grandes avenidas, provocan que el cauce se ensanche y también destruya parte de sus orillas, ya debilitadas por la falta de árboles”, expresa el experto en temas ambientales.
