Educar a los nuestros

Agrada bastante que muchas personas, desde escuchas, buscones, dueños de programas, funcionarios, peloteros y exjugadores, eleven su voz en contra de las intenciones de los dueños de equipos de las Grandes Ligas de imponer un draft internacional…

Agrada bastante que muchas personas, desde escuchas, buscones, dueños de programas, funcionarios, peloteros y exjugadores, eleven su voz en contra de las intenciones de los dueños de equipos de las Grandes Ligas de imponer un draft internacional en el venidero acuerdo laboral para que entre en vigencia a partir de 2018.

Por supuesto, esa propuesta toca intereses de una industria que ha dejado enormes beneficios, que ha hecho ricos a un número alto de individuos que no desean que esa bonanza pare en los próximos años.

Los propietarios de los conjuntos, con todo su derecho, desean recortar gastos y aumentar los beneficios. Es un tema de negocios y en estos no hay sentimientos, ni agradecimientos ni lutos que guardar.

Cada cual hace como la azada: hala para su lado.

Muchos dominicanos, que no reciben la gran tajada del pastel de una firma, mantienen sus familias por vía directa o indirecta de la pelota. El personal de cocina, limpieza, seguridad, los asistentes del encargado del programa, en fin.

Ese núcleo también importa. Y por ellos hay que batallar para que, en cualquier plan que se adopte, se garantice que no perderán sus respectivas fuentes de ingresos.
Tanto o más importante es preparar al pelotero dominicano, educarlo con todas las de la ley. Porque esa base le servirá de mucho. Es injusto que esos muchachos se vean como objetos para un determinado fin: te lleno los músculos, pero el cerebro que se lo lleve la corriente.

Son muchos los casos de talentos nuestros que pasan “las mil y una” por falta de educación y eso les impide avanzar más rápido. Una cosa es crecer, otra desarrollarse.
Hagan énfasis en tener peloteros preparados, no solo en preparar peloteros.

Apunte esto

En las próximas horas la Lidom tendrá que dar su veredicto sobre el partido Licey-Gigantes, en el que Juan Miranda jugó sin estar en roster, un descuido mayúsculo de los azules… Primera vez que veo que a un coach de bateo le dan un permiso de 15 días para atender sus negocios… Así no… Esto no es una escuela de párvulos… Los Cavs están jugando como nunca… Golden State mejora en cada entrega.

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