El 26 de enero próximo está convocada la asamblea de municipios con la finalidad de elegir al secretario general de la Liga Municipal Dominicana (LMD), un organismo estatal que sistemáticamente ha ido perdiendo su sentido original, pero que con un poco de esfuerzo, creatividad e inteligencia puede ser reencauzada.

La pérdida de sentido práctico de la LMD se ha debido a que en los últimos años ha dejado de ser un organismo técnico dedicado a la asesoría de los Ayuntamientos para convertirse en un antro del clientelismo más aberrante.

Un vistazo somero al discurrir de la Liga sirve para comprometer cualquier opinión radical en el sentido de que cerrarla le resultaría mucho más económico al Estado.

Sin embargo, siempre hay lugar a la rectificación, y una de esas oportunidades puede ser la elección de un secretario general que vaya a la Liga con un plan de verdadera visión para el relanzamiento de una institución digna de mejor suerte.

En ese sentido, parece que el Partido de la Liberación Dominicana está en disposición de poner la LMD bajo la dirección del Partido Revolucionario Dominicano como parte de los acuerdos pactados para el apoyo de la candidatura del presidente Danilo Medina en los pasados comicios.

A tal efecto, se da por hecho de que el próximo secretario general de la LMD lo será el dirigente perredeísta Neney Cabrera, pues es en quien el ingeniero Miguel Vargas Maldonado ha confiado la encomienda de gerenciar la Liga en nombre del PRD, con la convicción de que no defraudará la confianza suya y del presidente Danilo Medina y la máxima dirección del PLD, cuyo presidente Leonel Fernández también está de acuerdo.

Cabrera ha esbozado un plan para hacer de la Liga un organismo verdaderamente funcional y útil a los fines de su creación, por lo cual sería lógico que el PLD cediera ese espacio al PRD, tomando en cuenta que la alianza de 2016 tiene vocación de permanencia en al menos varios procesos electorales venideros.

Si en política se hace lo que conviene, lo que al PLD le conviene es mantener la alianza formal con el PRD cediéndole la LMD y no aventurarse. Además, el PRD es la segunda fuerza municipal después del partido oficialista con 50 cabildos, por lo que está legitimado. 

¿Cuáles son los requerimientos para ser secretario general de la Liga Municipal Dominicana (LMD)? La Ley 176-07, del Distrito Nacional y los Municipios, en su artículo 105, establece que para ostentar el cargo se debe poseer un grado universitario en economía, derecho, contabilidad, administración pública o administración de empresas y demostrar una amplia experiencia en materia municipal.

La experiencia municipal debe ser lo más importante a la hora de designar un secretario general de la Liga, porque permitirá que el incumbente pueda responder con mayor eficiencia al rol de organismo técnico- asesor que tiene la institución.

Pero, como la Liga ha sido utilizada en las últimas décadas como una vía para las negociaciones políticas los peledeístas con los reformistas, se ha convertido en una entelequia que lo único que procura es emplear a personas allegadas a la organización que la dirige.

Amable Aristy Castro, la persona que más tiempo ha permanecido en el cargo,  llegó a la Secretaría General en enero del 1999 sin tener grado universitario ni experiencia municipal,  apoyado por el PLD y el PRD, y permaneció en el puesto hasta el 2010.

Esa  gestión de casi 11 años le granjeó un descrédito mayúsculo al organismo, porque se convirtió en la fuente de financiamiento de muchas cosas que poco o nada tenían que ver con la municipalidad. Incluso provocó que amplios sectores abogaran porque fuera cerrada.

Aunque al final dejó el puesto para ocupar su curul de senador, logró instalar a uno de sus  colaboradores y familiares, Fidias Aristy, profesional del derecho y con más de dos décadas como empleado del organismo. En un año de gestión se ganó la confianza de los alcaldes y pretendió adecentar el organismo.

El 2012 es un año electoral y era de tonto pensar que el PLD dejaría que los alcaldes decidieran el secretario general de la LMD, cuando ahora es necesario reeditar una alianza morada-colorada, y negoció a Johnny Jones como el candidato consensuado. Pero, el hombre es ingeniero y no tiene la experiencia municipal. Habrá que esperar el 26 de enero para verlo posicionado en el cargo y luego tendremos que evaluar qué hará de lo que queda de una cosa llamada Liga Municipal Dominicana.

La Liga Municipal Dominicana, organismo que tiene concentrada toda la atención de las fuerzas políticas del país por los importantes recursos que maneja y porque ha servido de instrumento para garantizar alianzas electorales, fue creada durante la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, a través de la Ley 49 del año 1938.

Esa legislación establecía que era un organismo destinado a cooperar al mejor y más armónico desenvolvimiento de las instituciones municipales, con sujeción a los requisitos que la ley determinara. Más tarde, el gobierno del Triunvirato aprobó la Ley 673 que otorgaba a la Liga plenos poderes para recibir, revisar y realizar modificaciones, si así lo consideraba, a los recursos destinados a los cabildos.

Mandaba a que los ayuntamientos sometieran ante ese organismo todas las ejecuciones presupuestarias para su aprobación y fiscalización. Incluso, todas las obras municipales que excedían de 500 pesos debían ser aprobadas por el organismo.

En el año 1961, la Ley 5622 concedía autonomía municipal a los ayuntamientos en lo referente a aprobación de presupuestos de ingresos y egresos, erogación, pensiones y jubilaciones, pero dejaba a la Liga la prerrogativa de recibir y distribuir los recursos de los cabildos y también la convertía en un organismo técnico asesor.

En el 2003, el expresidente Hipólito Mejía promulgó la Ley 166-03, que dispone la entrega del 10% del presupuesto nacional a los ayuntamientos, y de esos fondos se destinaría un 5% para la Liga.

Es a partir del año 2007, con la aprobación de la Ley 176-07, del Distrito Nacional y los Municipios, que la Liga deja de ser el organismo rector de los ayuntamientos para convertirse solo en una entidad de asesoría técnica y de planificación, que ya no distribuye los recursos de los cabildos ni recibe el 5% del presupuesto municipal, para ser financiada según dispongan los alcaldes reunidos en asamblea, aunque en la práctica siguen cediendo el 5%.

Este año la LMD manejará un presupuesto de 774 millones de pesos, y los alcaldes deberán escoger un nuevo secretario general el 26 de enero. Aunque la asamblea de los ediles debe ser soberana, su elección siempre va a depender de sus jefaturas políticas, sobre todo porque se está en un año electoral.