El desarrollo del Sur: enredado en planos, sin despegar

El desarrollo del Sur está en planos. Los grandes proyectos y obras concebidos desde los sectores público y privado para poner en hora el calendario de desarrollo de la región más pobre del país todavía están en etapa de planificación, y el que&#8

El desarrollo del Sur está en planos. Los grandes proyectos y obras concebidos desde los sectores público y privado para poner en hora el calendario de desarrollo de la región más pobre del país todavía están en etapa de planificación, y el que fue iniciado formalmente se halla paralizado, con un retraso de más de dos años en su etapa de terminación.Infraestructuras hídricas, viales, proyectos turísticos y de reconversión agrícola han sido planteados como mecanismo de desarrollo rápido y duradero para la región, pero los planes de ejecución han sufrido tropiezos de diversa índole, desde financiero hasta legales, que han retrasado o suspendido la realización. Hasta las grandes obras viales anunciadas para el Sur han sufrido contratiempo, obligando al Gobierno a diferir o cancelar procesos para su construcción.

Y el proyecto que fue concebido como la obra cumbre para el progreso del Sur, la Presa de Monte Grande, definida en alguna ocasión como el “Metro del Sur”, ha caído en un limbo, debido a que el financiamiento con el que fue concebida y que lo aportaría el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, no ha sido desembolsado. La transformación productiva que esa megaobra producirá en las provincias bajo su influencia (Barahona, Bahoruco e Independencia), sigue escrita en el libro de las metas.

De los proyectos asumidos por la opinión pública como metas del Presiente, el de la Carretera Cibao-Sur, quedó en el camino como la obra que no pudo ser. El 6 de julio del 2014 el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, declaró que sería prácticamente imposible para la Administración 2012-2016 construir la carretera Cibao-Sur. Esa obra, prometida en campaña por el presidente Danilo Medina, era consideraba como el proyecto con el sello del presidente Medina, por ser él nativo de San Juan de la Maguana, principal enlace de la proyectada vía. Las limitaciones de recursos obligaron al Gobierno a recoger la iniciativa, que costaría más de US$400 millones. En cambio, el Gobierno decidió conectar el Norte con el Sur vía la carretera Piedra Blanca-Juan Adrián-Rancho Arriba.

También los privados

La lentitud en el despegue abarca incluso a los proyectos planteados para ser ejecutados en alianzas público-privado. Dentro de éstos se incluye el anhelado proyecto para convertir a Bahía de las Águilas en un destino turístico capaz de impulsar el desarrollo de la región. Los inconvenientes de tipo legal alrededor de la propiedad de los terrenos han trabado el proyecto. El 18 de junio del año pasado el Gobierno presentó, en un acto encabezado por el presidente Danilo Medina, el Plan de Ordenamiento Turístico que guiará los proyectos de desarrollo sostenible en Bahía de las Águilas. Ese proyecto tiene potencial desarrollista para las provincias sureñas Pedernales, Bahoruco, Independencia y Barahona.

La ejecución del proyecto Bahía de las Águilas, concebido con el concepto fideicomiso, en el que el Estado aporta los terrenos y la infraestructura básica, debería ser la iniciativa para el despegue definitivo del Sur profundo.

La ralentización desarrollista del Sur se ha sentido hasta en los proyectos netamente privados anunciados para la región. En ese grupo se incluye el proyecto Puntarena o Bahía Flamenco, en los Corbanitos, Baní. Esa iniciativa turística está en carpeta desde el 2013, y el 16 de junio del 2015 el presidente Medina asistió a un acto para el primer picazo de la obra. Desde entonces es poco lo que se ha hecho fuera del plan maestro, del que el 27 de julio del 2016 se dijo que estaba en fase final y que daría paso a la construcción del proyecto, para en un plazo de tres años recibir a los primeros turistas.

Desde el punto de vista estratégico, el mayor proyecto de desarrollo, porque está llamado a incidir en la agricultura, la electricidad y en el suministro de agua a tres provincias, es Monte Grande, “el Metro del Sur” como lo definió el director ejecutivo del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), Olgo Fernández. La obra que debió haber sido inaugurada en abril del 2016, está en el limbo porque el banco de Brasil suspendió los desembolsos de préstamos a diferentes países, a raíz de investigaciones sobre el escándalo en Petrobras.

Las cosas comenzaron a complicarse para la región cuando el 30 de junio del 2011 el entonces presidente Leonel Fernández dejó sin efecto el Poder Especial otorgado el 21 de junio a la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado para suscribir un contrato con el Consorcio Carretera Internacional, para el diseño, construcción, ampliación y rehabilitación de la carretera entre Pedernales y Hondo Valle, en la frontera, por un monto de US$389,036,106.11.

En la región se produjo un alivio cuando en el 2012 el presidente Medina anunció la carretera Cibao-Sur, pero el proyecto duró poco en el aire.

Un proyecto mágico, de triple alcance y utilidad

Agua, luz y comida. Esos tres elementos aportará el proyecto Monte Grande. Con su rediseño la capacidad de almacenamiento fue elevada a 350 millones de metros cúbicos, con los cuales suministraría agua a las provincias Barahona, Bahoruco e Independencia, a través del acueducto del Suroeste. También irrigaría 680 mil tareas, de las cuales 400 mil están bajo cultivo y 280 mil entrarán a cultivo con la obra. Sus cultivos serán irrigados por goteo. Además, todos los sistemas de bombeo que existen en Barahona y otras zonas saldrán de circulación y recibirán agua por gravedad. La producción de alimentos aumentará. El proyecto prevé generar electricidad suficiente para abastecer las provincias Barahona, Bahoruco, Independencia y Pedernales.

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