El gremio magisterial (2 de 3)

En el artículo anterior resumimos la estructura interna de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) de la República Dominicana; comentamos las luchas históricas del gremio, y su pliego de reivindicaciones tradicionales. A partir de las últimas&#8

En el artículo anterior resumimos la estructura interna de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) de la República Dominicana; comentamos las luchas históricas del gremio, y su pliego de reivindicaciones tradicionales. A partir de las últimas demandas y consecuentes paros de docencia, el gremio y el Ministerio arribaron a acuerdos que deberían implicar la inserción de todos los actores al sistema, y la estabilización de la docencia y demás procesos asociados a este quehacer.

Los acuerdos más relevantes fueron: aumento de salario de un 10% aplicable en agosto; realización de la Evaluación de Desempeño en el periodo comprendido entre abril y noviembre y su aplicación a partir de enero del 2018, con un mínimo de un 5% para los docentes que obtengan una evaluación de mejorable; aplicación de un viático mensual a partir de agosto para los docentes de zonas rurales o de difícil acceso; reconocimiento de licencias pre y post natal, y de licencias por enfermedad sin tener el docente que gestionar y pagar sus sustitutos; participación de los docentes en proyectos de viviendas emprendidos por el Estado en una proporción de un 10% del total de habitaciones construidas; mejoría de los servicios de la ARS-Semma; la igualación gradual de salarios entre niveles del sistema; y, respetar y cumplir con el horario y calendario escolar, entre otros.

Ahora bien, esta lucha sostenida -con sus consecuentes logros-, es justo mirarla en paralelo a los esfuerzos del sistema por mejorar las condiciones de vida de los docentes, a partir de la asignación del 4% del PIB y las cláusulas consignadas en el Pacto Educativo referidas a la dignificación de la carrera docente. En tal sentido, es importante destacar las mejoras a los espacios de trabajo, la disponibilidad de recursos para el quehacer educativo, la reducción del número de estudiantes por aula, pasando por las importantes sumas que se han destinado a la formación inicial y continua de los docentes, hasta los diferentes aumentos salariales realizados durante este período. El salario docente supera al promedio de otras profesiones en un 35%, y la inversión en formación docente es 69 veces más que el 2004 (La Calidad del Gasto Educativo, EDUCA, 2016). En esta dimensión de compromiso suscrito, no cabe duda que se ha avanzado significativamente.

En la próxima entrega, completaremos nuestro análisis.

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