Humanidades

El ser humano acusa una sed natural de conocimiento. Le interesan cuestiones como por qué es azul el cielo, cómo respiran las plantas, cómo se propaga el sonido. Pero quiere saber también sobre sí mismo y se crearon por eso las humanidades, disciplin

Humanidades

Introducción:Son muchas las maneras que tienen las universidades en el mundo entero de otorgar reconocimientos como, por ejemplo, dándoles el título de “Profesor Meritorio y Honorífico”, “Doctor Honoris Causa”…

El ser humano acusa una sed natural de conocimiento. Le interesan cuestiones como por qué es azul el cielo, cómo respiran las plantas, cómo se propaga el sonido. Pero quiere saber también sobre sí mismo y se crearon por eso las humanidades, disciplinas que se relacionan íntimamente con el ser humano (filosofía, historia, arte, literatura, arqueología, antropología), y eran profesiones reconocidas. Ahora resulta que estamos en un mundo que lo que parece necesitar y demanda son tecnólogos, ingenieros, matemáticos y científicos, y se cuestiona el papel y utilidad de las humanidades, que están perdiendo efectivamente terreno en universidades. ¿De cara al futuro, concebimos un mundo sin humanidades? Como dice el dicho, nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. 

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Introducción:

Son muchas las maneras que tienen las universidades en el mundo entero de otorgar reconocimientos como, por ejemplo, dándoles el título de “Profesor Meritorio y Honorífico”, “Doctor Honoris Causa” u otros modos.

La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), siguiendo esa práctica, reconoció el 16 de abril de 2013 a ocho ciudadanos que le han prestado valiosos servicios, dándoles el mayor título honorífico que tiene en sus manos:  el de “Doctor Honoris Causa”, esta vez específicamente en Humanidades.

Creí bueno y oportuno ofrecer datos y reflexiones sobre los Doctorados Honoris Causa, otorgados por la PUCMM a lo largo de sus 50 años, inspirándome en las palabras y discursos pronunciados en el acto de otorgamiento de los últimos títulos, ese 16 de abril de 2013, en el Teatro de dicha universidad, el cual fue presidido por su eminencia Cardenal López Rodríguez, contando con la presencia del nuncio del Papa, monseñor Jósef Wesolowski, varios obispos, el señor rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, el pleno de profesores de la misma, familiares y amigos de los homenajeados.

1. En el marco del 50 aniversario de la PUCMM
“El acto académico de hoy es como el epílogo de la celebración de los 50 años de la fundación de esta universidad. En él reconocemos a las personas que durante más largo tiempo han acompañado al rector en la conducción de la misma, identificados plenamente con los principios y valores que sustentan esta institución, aportando con generosidad su talento, su tiempo, sus ideas y su solidaridad con todas las iniciativas que ha tenido la Madre y Maestra, y que la han llevado al sitial que hoy ocupa, calificada por evaluadores internacionales como un referente de la educación dominicana.

En el conferimiento de los Doctorados Honoris Causa, la Universidad ha tratado de ser cuidadosa y selectiva, procurando que quienes los reciban sean personas que se puedan presentar como ejemplo a la comunidad universitaria y nacional, por sus aportes en las distintas actividades, en el campo de la educación, de la cultura, del arte, en el servicio a la comunidad, entre otros” (mons. Agripinio Núñez Collado, Rector PUCMM).

2. Historia de los doctorados  Honoris Causa en la PUCMM
“Estos reconocimientos lo ha hecho la institución a personalidades particulares, algunas veces en el marco de una graduación ordinaria como fue el caso de su eminencia reverendísima Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, a quien la universidad le otorgó un Doctorado Honoris Causa en el año 1991. Y en cuatro ocasiones lo ha hecho a grupos de personalidades, como ocurrió en el año 1972, a su excelencia monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito, reconociendo en él su labor y servicio a la iglesia y, en particular, la fundación de esta universidad.

En ese mismo acto se honró a doña Flérida de Nolasco, como ejemplo de superación de la mujer dominicana en el campo de las letras; al doctor Heriberto Pieter Bennet, eminente médico, humanista, filántropo, creador del Instituto de Oncología que hoy lleva su nombre, a través del cual sirvió a varias generaciones; al doctor José de Jesús Jiménez Almonte, destacado médico santiagués y reconocido investigador  de la flora dominicana; a don Héctor Incháustegui Cabral, gloria de la poesía y la literatura dominicana, y por varios años propulsor del arte y la cultura desde esta universidad.

En el año 1979 la universidad reconoció con el Doctorado Honoris Causa a otro distinguido y significativo grupo, en ocasión de graduar los primeros ingenieros geólogos y de minas formados en el país, todos sobresalientes hombres públicos, de la iglesia, de la política y de la comunicación.

Fueron ellos su eminencia Octavio Antonio Cardenal Beras Rojas, don Antonio Guzmán Fernández, el doctor Rafael F. Bonnelly, el doctor Joaquín Balaguer  y  don Rafael Herrera Cabral.

Ese reconocimiento se hizo, como señalé en esa ocasión, con plena conciencia de que cumplíamos con un deber de justicia y de pedagogía, y con la esperanza de que fuera un aporte a la consolidación de nuestra vida institucional” (monseñor Agripino Núñez Collado, rector de la  PUCMM).

Otro importante grupo lo constituyeron intelectuales de la talla de su excelencia monseñor Roque Adames Rodríguez, exrector de esta universidad; el reverendo padre Theodore M. Hesburgh, presidente de la Universidad de Notre Dame, Indiana, Estados Unidos; y otros dos rectores latinoamericanos de proyección internacional, como el mexicano doctor Luis Garibay y el venezolano doctor Luis Manuel Peñalver. Además, de nuestro país, el licenciado Manuel Ramón Ruiz Tejada, el licenciado Emilio Rodríguez Demorizi, el doctor Pedro Troncoso Sánchez y el distinguido munícipe santiagués, licenciado Víctor Manuel Espaillat Mera.

Finalmente, en ocasión de la celebración de su 35 aniversario, la universidad reconoció con este galardón académico a don Alejandro E. Grullón Espaillat, a don Germán Emilio Ornes y a su excelencia monseñor Francisco José Arnáiz, tres sobresalientes personalidades de la vida nacional.

3. El grupo del año 2013
“Esta tarde, con gran regocijo, la universidad reconoce a:
Su excelencia monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio,
Su excelencia monseñor Jesús María de Jesús Moya,
Doctor José Miguel Bonetti Guerra
Ingeniero Carlos Sully Fondeur
Don Juan B. Vicini Cabral
Ingeniero Félix M. García Castellanos
Don José Vitienes Colubi,
Y a don Manuel Arsenio Ureña, como un homenaje póstumo.

“En esta solemne ocasión quiero, a nombre de la familia de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, decirles, gracias, por su generosa, dedicada y permanente colaboración con todas las importantes iniciativas de ésta que, a partir de hoy, es también su Alma Mater”  (mons. Agripino Núñez Collado, Rector de la PUCMM).

4. Doctor en Humanidades
Me correspondió, precisamente  a mí, en esta última ceremonia, tener la invocación a Dios, para darle gracias y pedirle la bendición.

La centré en estas ideas:  se nos otorgaba no un doctorado en Teología, como podría suponer se entregaría a Mons. Moya y a mí; ni tampoco en economía, como  podría darse a los otros seis. No se nos otorgaba un Doctorado Honoris Causa por haber acumulado muchos conocimientos teológicos ni por haber acumulado mucho dinero, sino por haber puesto lo uno y lo otro, los talentos, el tiempo y los tesoros económicos, al servicio del ser humano. Se acentuaba con ello que más allá de cualquier ciencia está “el ser humano”.

Así daba gracias a Dios, porque ha querido que el origen, centro y meta de los saberes y poderes dados a la humanidad sea el ser humano. Todas las ciencias, pues, están dirigidas a “la ciencia en humanidades”.

Traje, a colación, entonces, la figura de don Manuel Arsenio Ureña, a quien se le otorgaba “in memoriam”, como homenaje póstumo, dicho Doctorado en Humanidades”. Fue un empresario exitoso. Pero no se le otorgaba por las riquezas que produjo o acumuló. Fue, igualmente, un ser humano que ayudó a otros seres humanos, entre ellos los estudiantes de la PUCMM, con becas y créditos educativos.  Es, precisamente, a título de esta dimensión, que recibe el honor de un Doctorado Honoris Causa en Humanidades.

A nadie se le da un Doctorado Honoris Causa por haber acumulado mucho dinero, sino porque puso esos tesoros al servicio de las mejores causas humanas.

5. Palabras de agradecimiento
Habló, finalmente,  en nombre de los ocho homenajeados, el doctor José Miguel Bonetti.

Puso su acento, con afirmaciones claras y certeras, en la importancia de la educación para el desarrollo del ser humano y afirmó que para tener un país mejor y más justo es necesario que sea un país educado. “Es indudable -siguió afirmando- que mucho depende del liderazgo político, pero admitámoslo con honestidad que también depende mucho del liderazgo empresarial”.

Asimismo, expresó una palabras de agradecimiento en nombre de los nuevos Doctores Honoris Causa. “Este Doctorado en Humanidades nos compromete a todos los honrados con este título en una de las tareas más esenciales para la promoción humana y el desarrollo de toda la sociedad, me refiero a la educación y sobre todo a continuar con más ahínco en el servicio, desde cualquier posición y al fortalecimiento de nuestra querida universidad”.

Conclusión:

CERTIFICO: que, sin ser exhaustivo, he querido dar datos que ayuden a una mejor comprensión de los Doctorados Honoris Causa conferidos por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.

DOY FE, en Santiago de los Caballeros, a los 19 días del mes de abril del año del Señor 2013.

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