El arte de los taínos se denomina Guillén

Yamasá: Si usted está interesado en conocer sobre la cultura taína o en ampliar lo que ya conoce, entonces le cae bien darse una vuelta por el negocio y la Escuela de Cerámica Taína Hermanos Guillén.

Yamasá: Si usted está interesado en conocer sobre la cultura taína o en ampliar lo que ya conoce, entonces le cae bien darse una vuelta por el negocio y la Escuela de Cerámica Taína Hermanos Guillén.Se trata de un centro que ha rescatado los valores culturales, para que haya una permanencia en las nuevas generaciones sobre lo que fueron los orígenes de la población dominicana. “Iniciamos con la cerámica taína, con la investigación y la reproducción de los objetos encontrados en Yamasá y en distintos lugares del país”, le dice Jesús Guillén al equipo de elCaribe que se trasladó desde la capital para conocer todo lo que aquí se elabora y se muestra. Jesús es uno de los hermanos a los que en 1988 le surgió la inspiración por el arte taíno, luego de una investigación realizada por el profesor Ramón de Jesús, la persona que despertó la chispa sobre el tema en el Liceo Secundario San Martín de Porres, en Yamasá. “Yo estaba cursando el último año del bachillerato y dejaron un trabajo de investigación. En ese momento lo que se conocía de la cultura taína era más sobre la llegada de Cristóbal Colón, que de los propios taínos habitantes de la isla. No se profundizaba en lo que era la esencia de nuestra cultura”, rememora Jesús Guillén, en una conversación sostenida en el frescor de una enramada.

Esa área es una de varios salones donde se ofrece entrenamiento y capacitación a los jóvenes de la comunidad, con la finalidad de que permanezca la cultura y para que se vaya creando un medio de sustento a través de este arte. “Fruto de la investigación de la que hablamos, tuvimos que indagar, no solo en la limitada cantidad de libros de historia que existían y en los museos, sino también con personas y otros libros que trascendían más allá. Pudimos ver que había un choque entre la historia y la realidad de lo que fue la esencia de la cultura taína. Encontramos en Yamasá un asentamiento en cada dos kilómetros, denominados caritas, que son los fragmentos de ollas rotas y piezas originales en diferentes materiales, en las que predominaban las de mármol”, comenta Jesús, poco antes de explicar con detalles todo lo que hacen, especialmente en los talleres. Los Guillén son artesanos de la historia indígena, que dan gran valor a eso, usando el barro como materia prima para las figuras que elaboran. “Vendemos a nivel local a hoteles turísticos y tiendas en esos hoteles. Llevamos el producto a los hoteles, puntos turísticos y otras partes donde hay decoración y ventas de souvenir”, dice Jesús.

Al recorrido que realizó el equipo de este diario por Cerámica Taína Hermanos Guillén se sumó luego Ramón Guillén, encargado de distribuir por todo el país las piezas que se elaboran y comercializan. A nivel internacional los emprendedores han comercializado con empresas francesas, de Estados Unidos y de Puerto Rico. En esas labores está constantemente envuelto Manuel Guillén. “Es una integración de todos los hermanos. De padre y madre somos cuatro y hay cuatro más que solo son de madre”, explica Jesús.
Recuerda que cuando se dieron los primeros pasos en 1988 hubo el empuje de una cooperación española, través de un convenio entre los gobiernos de España y de República Dominicana para la capacitación en diferentes materiales en Yamasá. “En la capacitación hemos sido el núcleo para la formación aquí de nuevos talleres”, dice Jesús. En efecto, uno de los alumnos más aventajados –Cristian Odalís Rodríguez- es actualmente dueño de otra de las pequeñas empresas de artesanía taína de Yamasá, provincia Monte Plata. En los inicios, los hermanos Guillén lo que hacían era dar charlas y conferencias a nivel de los liceos. Luego fueron creciendo. “El Museo del Hombre Dominicano nos fue abriendo las puertas y luego en El Conde y fuimos ampliando, llegando así a Bávaro, Punta Cana, en lo que fue el mercado nacional y luego comenzamos a escala al mercado internacional, en lugares como Francia y Estados Unidos. Se hizo una gran promoción del trabajo, tomando en cuenta que esto representa la esencia de un país”, narra Jesús.

En la parte del negocio hay temporadas altas y temporadas bajas. “Pueden hacernos un pedido, por ejemplo, que nos lleve seis meses entregarlo, peor hay temporadas bajas para reforzar algunas piezas que ya se han ido vendiendo. Hay un mercado establecido fruto de la publicidad que se ha hecho”, indica.

Además de Jesús, Manuel y Ramón, los demás hermanos (algunos de los cuales están menos activos) son: Esteban y Modesto Polanco, Martha Polanco, Sarah Polanco y Celeste Polanco.

A todos les gusta saber y ver que muchos turistas se llevan una representación del país cuando se marchan. Lo hacen desde Bávaro y Punta Cana, que es un mercado amplio y el mayor punto de venta de los Guillén, así como de Puerto Plata u otro punto geográfico.

Las piezas se trabajan con barro, independiente del material con que esté hecha la pieza original. “Nosotros hacemos la réplica en barro. Hacemos desde un amuleto hasta una pieza ampliada de dos metros para una decoración”, indica uno de los Guillén. Mientras otro de ellos expresa: “Hemos participado en ferias internacionales; tenemos piezas mini, pequeñas, medianas y grandes. El proceso cerámico es lento en lo que es la primera parte. Tenemos trabajo siempre, no podemos esperar un pedido para iniciar un proceso, sino que nos preparamos antes, siempre”. Un valor agregado del negocio y la escuela de los Guillen es que a menudo reciben turistas. 

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