Nueva York. Expertos señalan que el trabajo de los preparadores será determinante para la victoria del boricua Miguel Cotto o Antonio Margarito en la pelea de mañana.Pedro Luis Díaz, cubano nacionalizado dominicano, y Robert García, estadounidense, pero de origen mexicano, son los entrenadores de Miguel Cotto y Antonio Margarito quienes este sábado -en el emblemático coliseo Madison Square Garden- cruzarán guantes en la esperada pelea de revancha por el campeonato mundial del peso mediano junior (154 libras).
Pero, ¿quién de estos dos capacitados entrenadores tendrá la capacidad suficiente para poner en ejecución -en positivo- la mejor estrategia para llevar a su pupilo a ganar el combate?
En la conferencia de prensa realizada este miércoles, en la que Cotto y Margarito se “bañaron de insultos”, Díaz fue lacónico, pero en sus breve declaración afirmó que el peleador boricua demostrará que es mejor boxeador que el mexicano.
Y, además, dijo que Cotto, en su exitosa carrera profesional, no ha enseñado “en el cuadrilátero cosas buenas que esta vez las dejará ver”.
Los analistas creen, empero, que Díaz, sin menospreciar su talento y probada eficiencia técnica, “quizás no sea el entrenador que para una pelea tan trascendente e importante necesita el monarca puertorriqueño”.
Creen que Cotto tenía que seguir con el experimentado Enmanuel Steward, es decir, precisan, no romper con Steward, quien en el breve tiempo que estuvo a su lado hizo un gran trabajo tanto en el gimnasio como en la esquina.
“Cotto y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo, desde que él era un amateur de mucha promesa”, llegó a decir Díaz para rechazar cualquier especulación negativa en su contra.
Cotto, analizan expertos, ha tenido muchos problemas con sus entrenadores, comenzando con su tío Evangelista Cotto con quien, incluso, se fue a los puños en medio de una sesión de entrenamiento en Puerto Rico.
No obstante, será mañana cuando se sabrá en verdad si el ex entrenador del boxeo olímpico podrá realizar el trabajo que requiere un púgil profesional en un combate de tanta importancia como la que tendrá el campeón boricua ante su serio enemigo mexicano.
